Santiago de Compostela.- El inicio del nuevo curso escolar hoy para los alumnos de educación infantil y primaria se desarrolló con algunos incidentes criticas del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, sobre "crispación" y una denuncia de su conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, que consideró que hay una campaña de "desprestigio" contra el Gobierno autonómico.
Al término de la reunión semanal del consello de la Xunta, Feijóo afirmó que "no hay duda" de que los partidos PSdeG y BNGm, en la oposición, intentan utilizar el curso escolar para "desgastar al Gobierno" autonómico.
Asimismo, expresó el compromiso de la Xunta en favor de un servicio de educación público "eficiente" y apuntó que si hay "algún error" al inicio del curso escolar en alguna escuela "se le pondrá solución", en alusión a las quejas por falta de profesores en algunos centros, pero subrayó que "no hay recorte de plantillas".
Para Feijóo, "hay partidos que intentan utilizar a padres, profesores y alumnos contra el gobierno. No se dan cuenta de que hay que despolitizar la educación. No se dan cuenta de que el vuelco electoral se produjo porque los padres querían despolitizar la educación", argumentó.
Por su parte, el titular de Educación, que acudió a una escuela de Lugo, denunció una campaña de "desprestigio" contra la Xunta por parte de algunos partidos políticos, y otras instituciones
Vázquez dijo que las protestas por parte de algunos sectores responden a "movimientos políticos que nada tienen que ver con la calidad de la educación y no están pensando en la gente más desprotegida y desfavorecida en estos momentos de crisis".
El PSdeG y el BNG han criticado en las últimas semanas la política de la Xunta por la derogación de un decreto que establecía la obligatoriedad de una mínimo de 50 por ciento del horario lectivo en gallego y por la reducción de los subsidios a la compra de libros escolares.
El retorno a las aulas de unos 193.000 alumnos de educación infantil y primaria ha estado marcado por algunos incidentes aislados de desorganización.
Así, en el colegio de Boimorto, en A Coruña, los alumnos de infantil no asistieron a clase, por decisión de sus padres que critican la decisión de la Consellería de Educación de repartir a los de 4 años en clases de edades superiores o inferiores.
Asimismo, en el colegio A Ponte de Doiras, en Cervantes, en los montes lucenses, ninguno de los 20 alumnos del colegio A Ponte de Doiras acudió en protesta por la supresión de un profesor de educación infantil.
Por su parte, el sindicato agrícola UUAA criticó la reagrupación de unidades escolares en centros rurales, al reducirse el número de profesores, por considerar que supone una rebaja de la calidad de la educación de esos alumnos.
En un comunicado, UUAA reprochó al Ejecutivo gallego que "no apuesta por la educación pública" en zonas rurales, lo que supone un desincentivo.
El sindicato apunta que en este curso ha sido suprimidos 23 centros escolares situados en núcleos rurales, "lo que continúa acentuando fenómenos como el despoblamiento y la reducción de servicios en estos contornos".
El sindicato agrario exige a la Xunta que no "ahonde en las diferencias entre la educación urbana y la rural, convirtiendo a estos ciudadanos de segunda categoría".
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