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El cine erótico sube a la primera categoría

  • El director erótico Tinto Brass proyecta dos trabajos antiguos y un corto nuevo
Por LUCIA MAGI (SOITU.ES)
Actualizado 10-09-2009 18:48 CET

VENECIA.— En Venecia todo el mundo acaba encontrando su rinconcito. Basta con tener paciencia. Es el caso de Tinto Brass, empedernido maestro del cine erótico, ignorado durante décadas por los seleccionadores de la Mostra, que indefectiblemente rechazaban sus películas, y que por fin ha sido admitido en el Olimpo festivalero.

La retrospectiva que hurga en la cinematografía de autor desconocida u olvidada (en esta 66ª edición se llama Questi fantasmi 2, está dedicada a obras autóctonas y cuenta con casi 60 títulos) tiene este año al pope del eros italiano entre los homenajeados. En realidad, la suya es una presencia constante en la orilla de la Laguna, ya que el director veneciano suele pasearse por aquí todos los años en muy buena y visible compañía, pero siempre como simple espectador. Nunca antes hubo una cinta suya en cartel.

El primero en quedarse sorprendido es él mismo: "¿He cambiado yo o ha cambiado Marco Müller?", ironizaba en las páginas del Corriere della Sera hace un par de semanas. Lo cierto es que, probablemente, hayan cambiado los dos. Porque el director de la Mostra ha comentado así la decisión de abrir al herético cineasta las puertas del templo del Cine: "Tinto luce una larga trayectoria, con muchos cambios: desde el matiz social de las primeras cintas hasta su personalísima liberación sexual. No apruebo todas sus obras pero es un artista interesante".

Que la producción del director, nacido en Milán en 1933 y residente en Venecia desde pequeño, sea variada es un hecho. Empezó como ayudante en la dirección al lado de un maestro del neorealismo italiano como Roberto Rossellini. En 1963 debutó detrás de la cámara con 'In Capo Al Mondo', de la que fue también guionista y montador. Esta ópera prima fue de lo más antierótico se pueda imaginar, pues retrata a un joven amargado y rebelde hacia el poder que no logra integrarse en la sociedad. La insolencia anárquica que empapa al protagonista no gustó nada a los censores de la época, que impusieron a Brass volver a rodarla, pero el realizador, muy afín a su personaje, se limitó a cambiar el título por 'Chi Lavora È Perduto'.

A finales de los 60, Brass no había dado todavía rienda suelta a sus inclinaciones hacia el erotismo. El sexo y su relación con el poder centraron, sin embargo, 'Salon Kitty' (1976) y la reconstrucción histórica 'Calígula' (1977), película realizada a partir de un guión de Gore Vidal que contaba con ironía el delirio de orgías, asesinatos y alcohol en que se transformó Roma bajo el gobierno de aquel emperador. Esta recordada cinta le dio la confianza para abandonar el cine serio y dedicarse a su verdadera pasión.

'La Chiave' (1983), con una joven y guapísima Stefania Sandrelli, gustó a público y crítica y marcó todo un hito en la producción de Brass. A partir de ahí el director no volverá a mirar atrás, moviéndose cada vez más hacia un trato desinhibido de los tabúes sexuales. Mientras crece su fama, aumenta en paralelo la polémica que le transforma en el cineasta más controvertido y orgulloso de su marginalidad que pisa hoy Italia.

Sin dejar de lucir tales etiquetas, se presentan esta tarde en el Lido tres de sus obras. A saber: el largometraje 'Nerosubianco' (1969) —cuyo contenido se explicita en el cartel, en el que letras de distinto color descubren la palabra 'Eros'— y dos cortos: 'Tempo Lavorativo / Tempo Libero' (1964), un frenético montaje de tonos realistas que le fue encargado al director por parte de Umberto Eco, y 'Hotel Courbet', recién acabado y de preestreno aquí en Venecia.

Caterina Varzi, la nueva musa

Esta pieza no es otra cosa que un divertimento de 18 minutos construido alrededor de su nueva musa, de aire malicioso, pero nada que ver con la desfachatez de Vanessa Redgrave o Serena Grandi. Se llama Caterina Varzi, llega de Calabria, tiene 39 años, es psicoanalista y abogada de éxito y a sus espaldas carga con un matrimonio fallido y anulado —por impotencia del marido— con consecuente retiro hippie en el campo.

Ambos coincidieron hace años por negocios cuando ella todavía ejercía como jurista. Quedaron para definir ciertos detalles legales relativos a la distribución de algunos DVD del director y, sin embargo, llegó un momento de la reunnión en el que para él todo eso pasó a un segundo plano: "Estaba allí, misteriosa, con su mirada sarcástica y me agarró un impulso erótico irrefrenable", llegó a declarar el cineasta a la prensa.

Desde entonces, Varzi ocupa un sitio de honor en la lista de las mujeres más amadas por Brass. Tanto que será ella la protagonista de su próximo largometraje. El rodaje de 'Ziva, l’Isola Que Non C’è' acaba de arrancar con una sugerente sinopsis que os adelantamos: La protagonista espera a que el marido vuelva de la guerra y mientras tanto socorre con amorosos cuidados a todos los náufragos y desertores que llegan a su isla. No muy distinto del cortometraje que presentan hoy, pues en 'Hotel Courbet' es violada por la mirada indiscreta de un ladrón que se le ha colado en casa y que acaba siendo objeto sus atenciones.

El sexo, una vía de escape como cualquier otra para aplacar la angustia vital.

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