Washington.- El Tribunal Supremo de EE.UU. celebró hoy la ceremonia formal de investidura de la magistrada de origen puertorriqueño Sonia Sotomayor, que tendrá que ponerse a trabajar mañana mismo en un caso crucial para la democracia del país.
El acto al que asistieron el presidente de EE.UU., Barack Obama; el vicepresidente, Joe Biden; el fiscal general, Eric Holder; miembros de la comunidad hispana y amigos y familiares de Sotomayor tuvo lugar en la sala de audiencias del Tribunal.
Sotomayor lució por primera vez la toga larga y negra que usan los jueces del Supremo, a la que dio un toque personal y femenino con un cuello bordado en blanco.
William Rehnquist, fallecido en septiembre del 2005, también dio un aire original a su toga al decorarla con cuatro bandas doradas en cada manga, a imitación de una túnica de la opereta "Iolanthe" de Gilbert y Sullivan, de quien el juez era admirador.
Durante la ceremonia de hoy, oficiada por el presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, Sotomayor se comprometió a aplicar la justicia por igual a todas las personas y a hacer el bien tanto a pobres como a ricos.
Finalizado el juramento, se sentó en el extremo derecho de la larga mesa de madera que preside la sala de audiencias junto a los otros ocho magistrados del Supremo, que al igual que ella ocupan el cargo de forma vitalicia.
Tras la ceremonia, la juez posó primero con Roberts frente a las escalinatas del Tribunal Supremo y después con sus familiares más allegados: su madre, su padrastro, su hermano y cuñada.
"Díganme cuando tengan suficiente", bromeó la primera magistrada hispana del Supremo y la tercera mujer en ocupar uno de los nueve puestos de la corte en los 220 años de historia del tribunal.
Otra de esas mujeres, Ruth Bader Ginsburg, será compañera de Sotomayor en la máxima instancia judicial estadounidense, que tiene competencias en temas tan controvertidos como la pena de muerte y el aborto.
Mañana, sin ir más lejos, el tribunal interrumpirá su receso veraniego -el periodo de sesiones no arranca tradicionalmente hasta octubre- para escuchar los argumentos de un caso que, según dice hoy el diario The New York Times, "podría cambiar la dirección de la democracia estadounidense".
El caso en cuestión, "Ciudadanos Unidos vs FEC (Comisión Federal Electoral)" surgió a raíz del documental "Hillary: la Película".
La cinta, elaborada por el grupo conservador sin ánimo de lucro Ciudadanos Unidos, examinaba la trayectoria y personalidad de la ex senadora de Nueva York y actual secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Los autores querían que el documental se hubiera difundido durante las elecciones primarias del año pasado, pero la Comisión Federal Electoral determinó que la cinta violaba la ley de financiación electoral McCain-Feingold, que prohíbe a las empresas hacer donaciones electorales a nivel federal.
Dado que Ciudadanos Unidos recibe pequeñas aportaciones empresariales, los reguladores dictaminaron que la distribución de la pieza era ilegal.
El caso voló mucho más alto, hasta el punto de poner en tela de juicio las restricciones a las donaciones empresariales a los candidatos políticos.
El tribunal decretó en 1990 que dada su "inmensa" riqueza, las empresas tenían la capacidad de silenciar las voces individuales en el diálogo político en el país.
En "Austin vs la Cámara de Comercio de Michigan", el Supremo respaldó una ley estatal que prohibía a las empresas utilizar sus beneficios para financiar anuncios a favor o en contra de candidatos políticos.
Ese precedente se reforzó en el año 2003, cuando el tribunal respaldó la ley de reforma de financiación electoral federal conocida como McCain-Feingold, que limita la influencia de empresas, sindicatos y otros grupos de interés en las campañas.
Los jueces decidirán mañana si eliminan esas restricciones.
Los magistrados conservadores Anthony Kennedy, Antonin Scalia y Clarence Thomas están a favor de anular las restricciones.
Los jueces progresistas John Paul Stevens, Ruth Bader Ginsburg y Stephen G. Breyer están a favor de mantenerlas, al igual que lo estaba David Souter, a quien sustituye Sotomayor.
Los analistas esperan que dada la trayectoria de la magistrada hispana ésta vote en la misma línea que Souter.
Los grandes interrogantes son Roberts y Samuel Alito, que se han mostrado a favor de reducir las restricciones, pero hasta la fecha han sido reacios a declarar inconstitucionales las prohibiciones sobre los gastos corporativos.
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