Brasilia.- El acuerdo de cooperación militar firmado hoy entre Francia y Brasil deja al coloso suramericano con la proa apuntada a convertirse en el primer país de América Latina con un submarino de propulsión nuclear en su flota.
Hasta este año, sólo Estados Unidos, Rusia, China, el Reino Unido y Francia, las cinco potencias con asientos permanentes en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, poseían y construían submarinos de propulsión nuclear.
A ellos se les acaba de sumar la India, que en julio pasado botó un navío similar de fabricación propia, aunque desarrollado en base a un modelo ruso, que todavía se encuentra en período de pruebas.
Brasil, según los acuerdos firmados hoy, contará a partir del 2021 con su primer submarino nuclear, que será fabricado en sociedad con Francia a partir del 2015, en astilleros construidos para ese fin en el estado de Río de Janeiro.
Brasil acaricia el sueño de un submarino de propulsión nuclear desde 1979, cuando el régimen militar que gobernaba entonces el país autorizó a la Marina a desarrollar un proyecto nacional, que fue perdiendo empuje por problemas presupuestarios.
La iniciativa fue retomada en el 2007, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió avanzar en el proyecto, aunque ya no de manera puramente nacional, sino con un socio que aceptase transferir la tecnología no nuclear.
El submarino de propulsión nuclear franco-brasileño, que será el primero de América Latina, deberá entrar en operaciones en 2021.
Según el proyecto, el navío tendrá 6.000 toneladas de desplazamiento y podrá operar a profundidades superiores a los 100 metros, con una velocidad máxima de 35 nudos (65 kilómetros por hora).
Las autoridades brasileñas han garantizado que estará equipado solamente son armamento convencional y que la tecnología nuclear, que será nacional, será utilizada sólo para la propulsión.
El submarino será usado en misiones de vigilancia a lo largo de los casi 7.500 kilómetros del litoral Atlántico brasileño, pero con el foco puesto en el sureste, donde se sitúa el llamado presal, un nuevo horizonte petrolero con reservas calculadas entre 50.000 y 80.000 barriles de crudo, aún no explotadas.
Por su parte, los submarinos convencionales, del modelo Scorpene, tendrán propulsión diesel-eléctrica, un desplazamiento de 1.400 a 1.800 toneladas y operarán en profundidades de unos 50 metros, a una velocidad máxima de 6 nudos (unos 11 kilómetros por hora).
Según el cronograma del Ministerio de Defensa, el primero de los cuatro submarinos convencionales comenzará a ser construido en 2011 y será entregado tres años después. La Marina brasileña recibirá el segundo en 2017, el tercero en 2019 y el último en 2021, junto con el de propulsión nuclear.
El convenio firmado con Francia incluye además 50 helicópteros del modelo EC-725 de la empresa Eurocopter, filial del grupo EADS, que también serán construidos en sociedad con Brasil, que comprará los aparatos y obtendrá de los franceses su tecnología.
Así como en el caso de los submarinos, el proyecto también supone la construcción de una planta de fabricación en Brasil, que se prevé levantar en el estado de Minas Gerais.
El EC-725 es un aparato utilizado para el transporte de tropas con capacidad para treinta soldados y suele usarse en operaciones de evacuación de heridos y de búsqueda y rescate.
El modelo que será construido en Brasil puede ser artillado con ametralladoras de 7,62 milímetros y dos cañones de 20 milímetros, con 180 proyectiles, además de dos lanzacohetes.
La entrega del primero está prevista para 2011, mientras que el resto será recibido por las Fuerzas Armadas brasileñas en plazos que llegan hasta el 2016.
Según el Ministerio de Defensa, en el acuerdo se establece que, una vez cumplido el encargo para las Fuerzas Armadas brasileñas, las posibles exportaciones de helicópteros hacia el resto de los países suramericanos y hacia África saldrán desde Minas Gerais.
Todo el proyecto, que incluye la compra de los equipamientos y la construcción de la fábrica de helicópteros y los astilleros, ha sido calculado en 12.317 millones de dólares.
Lula y su homólogo francés, Nicolas Sarkozy, se reunieron hoy en Brasilia y al término de la cita emitieron un comunicado conjunto en el que el que anunciaron "la decisión de la parte brasileña de entrar en negociaciones con GIE Rafale para la adquisición de 36 aviones de combate" fabricados por la francesa Dassault Aviation y cuyo valor no fue precisado.
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