Bogotá.- El profesor Gustavo Moncayo, padre de un militar colombiano que se encuentra secuestrado desde hace casi 12 años por la guerrilla de las FARC, marcha hacia Bogotá con una cruz a cuestas, en la que se crucificará en la Plaza de Bolívar, corazón de Bogotá, anunció hoy en declaraciones a Efe.
En diálogo telefónico desde Subia, una población a unos 50 kilómetros al sur de Bogotá, Moncayo, conocido como "El caminante por la paz", se dolió del peso de la cruz, aunque confió en que su salud le permita, finalmente, llegar a la capital colombiana.
"La cruz pesa mucho, pues lleva todo el peso de 12 años de incomprensión del Gobierno colombiano, de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y del pueblo", explicó el profesor, padre de Pablo Emilio Moncayo, secuestrado en diciembre de 1997 en el cerro de Patascoy, departamento de Nariño, frontera con Ecuador.
Explicó que esta nueva caminata la inició dos días atrás en cercanías a la base militar de Tolemaida (centro), límites entre los departamentos de Tolima y Cundinamarca.
Detalló que la cruz fue fabricada en Ibagué, capital del departamento del Tolima, y que, más allá de su peso real, lo que quiere significar es el sufrimiento que ha llevado con paciencia desde que su hijo fue secuestrado.
"Esta nueva caminata con la cruz a cuestas la sigo haciendo porque se libere a mi hijo (Pablo Emilio) y también al resto de secuestrados, pues al fin y al cabo los que tenemos seres ausentes, sufrimos lo mismo", explicó Moncayo.
Recordó que esta travesía, al igual que las otras iniciativas que buscan la liberación de su hijo, lo dejan "exhausto, con ampollas en los pies y más cicatrices en el alma".
En otras ocasiones Moncayo ha hecho jornadas similares, en Colombia, Venezuela y Europa, incluida una de casi 900 kilómetros, entre su pueblo natal, Sandoná, también en Nariño, y Bogotá.
Según sus cálculos, mañana jueves estaría llegando a Soacha, población aledaña a Bogotá.
Y "si mis fuerzas y mi estado de salud lo permiten, el viernes estaremos en la Plaza de Bolívar", en la capital colombiana, indicó "El caminante por la paz".
"Estaré crucificado el tiempo que sea necesario para hacer otro llamado a que liberen a mi hijo", dijo Moncayo, al tiempo que explicó que su marcha es también por "los destechados, los desempleados, los refugiados, los secuestrados" y todos cuantos tengan problemas.
Clamó porque el Gobierno colombiano, la Iglesia, la Policía y los medios de comunicación lideren un proceso que busque alternativas para salir del conflicto armado que vive el país.
Igualmente, se dolió de que en las nuevas pruebas de vida de secuestrados en poder de las FARC no estuvieran algunas líneas o palabras de su hijo Pablo Emilio.
"Es un martirio, es una sensación de terror la que sentí cuando supe que no sabría nada de él".
En abril pasado, las FARC anunciaron la liberación unilateral del cabo Moncayo y la entrega de los restos de Julián Guevara, un mayor de la policía muerto en poder de ese grupo rebelde en 2006.
Dos meses después se comprometieron a liberar al soldado profesional Josué Calvo, que sería entregado a la senadora opositora Piedad Córdoba.
Sin embargo, esas anunciadas liberaciones no se han producido y mientras que Córdoba culpa al Gobierno, este dice que las FARC no solamente deben dejar libres a estos secuestrados, sino a todos los rehenes que, según datos oficiales, son 24 entre policías y militares.
En las últimas dos semanas, las FARC han entregado pruebas de vida de 11 de los rehenes que esa guerrilla pretende intercambiar por unos 500 rebeldes presos.
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