Si había alguien —aparte de Mickey Rourke— en la platea de la pasada gala de los Óscar que sentía que su nominación era un renacer, ésa era Melissa Leo, justa aunque inesperada candidata para pelear por la estatuilla con la que finalmente se alzaría la eterna Kate Winslet. Ella venía a cubrir la cuota de cine indie que, desde los tiempos dorados de los Weinstein, Hollywood gusta de invitar a sus fastos. Como los acaudalados que dejan un hueco para el mendigo en su mesa de Nochebuena.
Leo tiene 49 años, el pelo oxigenado y corto y los dientes blanquísimos. Las arrugas alrededor de sus ojos delatan una vida intensa igual que los círculos concéntricos de los troncos de los árboles dejan adivinar mil batallas. Eso y la minúscula y sobria estrella de cinco puntas tatuada en su mano derecha.
Ray Eddy es el nombre de la madre coraje que interpreta en 'Frozen River', la ópera prima de Courtney Hunt. Su alter ego, abandonada por el marido, malvive con sus dos hijos en una caravana y su único objetivo durante hora y media de metraje es conseguir una nueva que no se caiga a pedazos. Pequeñas metas para unas vidas minúsculas. Como los desheredados siempre lo tienen más difícil, la única salida es prestarse a transportar inmigrantes ilegales de un lado a otro de la frontera Canadá-USA a través de un río helado. Es ahí donde el título de la película cobra lírico significado. Todo trazado con escuadra y cartabón super indies.
Si por algo han levantado las lanzas (y con razón) las actrices a ambos lados del charco en los últimos tiempos es por la falta de papeles de calidad para la mediana edad. Melissa, concretamente en el trabajo por el que la entrevistamos, es la excepción que confirma la regla. "El mundo es un sitio donde las mujeres fueron puestas. No va a ser así para siempre pero lleva ocurriendo desde hace mucho. Frente a esa circunstancia puedes optar por decir 'Estoy en una cárcel sin esperanza ni posibilidades' o luchar como yo hago. Si miras al Hollywood dorado y piensas los cinco actores que primero se te vengan a la cabeza (Clark Gable, John Wayne, ¡Bette Davis, Katharine Hepburn!...), al menos tres serían mujeres, pero es un problema que viene de largo. Por ejemplo, Shakespeare era un excelente escritor de papeles femeninos, lo que pasa es que ya en su época no los podían interpretar (en la Inglaterra del siglo XVI, tanto los papeles masculinos como femeninos eran encarnados por hombres)".
Sus circunstancias son claras, la película por la que será recordada fue una muy pequeña gracias a la cual rozó el Óscar. Pero hay escenarios alternativos, realidades paralelas. ¿Y si?, ¿y si...? Jugamos con ella a lo que podría haber sido. "'Frozen river' fue una película rodada con poco dinero que recaudó poco dinero. Si se hubiera invertido más en ella, creo que habría tenido mucho más rendimiento en taquilla (4 millones de dólares en todo el mundo), pero esa oportunidad nunca nos fue dada. En cuanto al Óscar, veo a Marion Cotillard (Óscar en 2008 por 'La vida en rosa'), que es una actriz más que extraordinaria, y que desde el año pasado sólo ha hecho un secundario en una película de Johnny Depp ('Enemigos públicos')".
Puede que la Cotillard, con el dinero que debió soltarle Universal, haya tenido para vivir durante todo este año, pero Leo, que desde 2003 ha trabajado en casi 40 películas vive más al día. "Trabajo mucho por mi propia salud. Tengo mi trabajo y a mi hijo de 22 años. Normalmente sobrevivo gracias a muchos pequeños papeles, por lo que mi ritmo se debe a motivos financieros. Si consigo un buen trabajo un mes y no hago nada al siguiente, al final del año rondaría los ingresos de la clase baja, así que lo hago por todo, el amor es mi amor y es mi vida".
Alterna secundarios alimenticios en series televisivas ('Ley y orden', 'Caso abierto', 'Mentes criminales', 'C.S.I.'...) con roles más artísticos en películas chiquitas como la presente. "La televisión supone buen dinero de manera rápida y yo intento equilibrar ambos trabajos". Hay veces que consigues cosas grandes, como la serie de HBO que estrenaré en enero —'Trame'— y que me tuvo ocupado todo el otoño, pero no es lo habitual.
Hay un hueco sospechoso en la trayectoria de la actriz. iMDB nos chiva que, a pesar de haber trabajado como una descosida desde 2003, no hizo nada en los tres años anteriores. ¿A qué se deberá? ¿Es un secreto confesable? "Mi vida siempre ha sido una montaña rusa. No creo que fuera nada particular. Es sólo que por aquella época terminé de trabajar en 'Homicide', una serie de la NBC en la que estuve cinco años, y después de eso no me sentía capaz de hacer nada. Algo similar pasó cuando finalicé '21 gramos' (2003), tras la cual no quise trabajar durante un tiempo. Lo di todo y después del rodaje no supe nada de los productores ni de Alejandro (González Iñárritu). Del único del que tuve noticias fue de Sean Penn, que unos meses más tarde, al ver los resultados de los screeening tests, me dijo: No sabes las cosas tan increíbles que están diciendo de tu actuación". Parece que esas palabras la llenaron de fuerza hasta ahora, que tiene dos películas en cartera cuyo póster rezará "...con la nominada a un premio de la Academia Melissa Leo".
En el momento en que nos despedimos con un apretón de manos observamos levantarse a una mujer que está en la cresta de la ola. Y su sonrisa parece decir en silencio que disfruta surfeándola.
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