Washington.- Washington, 31 ago (EFE). El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, regresó hoy a Washington para otra ronda de reuniones, en un momento en el que EE.UU. sopesa declarar que el derrocamiento fue un golpe militar y cortar formalmente las ayudas al país centroamericano.
El derrocado mandatario se encuentra ya en la capital estadounidense, aunque en su agenda de hoy solamente tiene reuniones internas en la embajada de su país, según explicaron a Efe fuentes de la representación diplomática de Honduras en EE.UU.
La visita de Zelaya a Washington, la quinta desde que fue derrocado y expulsado de Honduras el pasado 28 de junio mediante un golpe de Estado, se enmarca en sus esfuerzos por seguir luchando por la reinstauración de la democracia en su país y lograr su restitución en el poder, señalaron las mismas fuentes.
Las primeras reuniones importantes las mantendrá el martes por la tarde en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se entrevistará primero en privado sobre las 19.30 GMT con el secretario general, José Miguel Insulza, y después, en torno a las 20.00 GMT, también a puertas cerradas, con miembros del Consejo Permanente.
Después, a las 22.00 GMT comparecerá ante los medios de comunicación para evaluar el estado de las negociaciones con el Gobierno de Roberto Micheletti y sus conversaciones con Insulza y los representantes de los 33 países miembros de la OEA.
El depuesto mandatario mantendrá además en Washington encuentros con organizaciones de la sociedad civil y de derechos humanos, y defenderá su posición en destacados centros de análisis político.
El Departamento de Estado también prevé organizar un encuentro con Zelaya, aunque su portavoz, Ian Kelly, adelantó hoy que aún no se ha fijado una fecha ni decidido con qué funcionario sería.
Lo más probable es que esa reunión, de concretarse, se produzca el miércoles o jueves, señaló un funcionario del Gobierno.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, se encuentra aún de vacaciones, pero podría estar de vuelta el jueves, afirmó.
La visita de Zelaya a Washington, que se produce dos meses después del golpe de Estado, tiene lugar en un momento en el que el Gobierno de EE.UU. evalúa declarar como un golpe militar lo ocurrido el 28 de junio, lo que implicaría el corte de millones de dólares en ayudas a Honduras.
Un funcionario del Departamento de Estado, que habló bajo la condición de anonimato, indicó que ese anuncio, que se basa en un estudio jurídico, podría efectuarse entre el martes y el miércoles.
Después del golpe de Estado, EE.UU. decidió como primera medida suspender la ayuda directa al Gobierno de facto de Honduras, incluida la asistencia militar, canceló todas las operaciones de los 600 soldados destacados en la base de Soto Cano y supeditó la congelación de otro tipo de ayuda a un estudio jurídico, requerido por el Congreso.
La recomendación que tiene Clinton sobre la mesa es que declare el derrocamiento de Zelaya un "golpe militar", pero la jefa de la diplomacia aún está de vacaciones y EE.UU. ha preferido esperar para dar un margen a los últimos esfuerzos negociadores de la OEA.
La ley estadounidense de Asistencia al Exterior estipula que "ninguna asistencia puede ser proveída bajo esta ley (...) a Gobiernos de un país si el presidente debidamente electo de esa nación es depuesto por un decreto o un golpe militar".
La firma de Clinton significaría cortar a Honduras las ayudas de la Millennium Challenge Corporation (MCC), que suscribió en 2005 un convenio de cinco años de duración con Tegucigalpa por valor de 215 millones de dólares en asistencia y que ha suspendido cualquier actividad en ese país que no estuviera en marcha antes del 28 de junio, según consta en su página web.
De acuerdo con esa fuente, hasta la fecha la MCC ha desembolsado 80,3 millones de dólares a Honduras bajo ese convenio, cuyos dos principales objetivos son aumentar la productividad y las habilidades empresariales de campesinos y reducir los costes de transporte entre los centros de producción y los mercados nacionales, regionales y globales.
Los restantes 135 millones de dólares no podrían ser entregados a ese país centroamericano si Clinton decide firmar la determinación técnica y legal de que el 28 de junio tuvo lugar un golpe militar.
El funcionario del Departamento de Estado reconoció hoy que EE.UU. está a la espera de los resultados de la última ronda de conversaciones de la delegación del Gobierno de Roberto Micheletti con la OEA, para ver si "dan sus frutos", y admitió que eso "es un factor" que influye en la decisión de retrasar el anuncio.
La misma fuente también explicó que se trata de un "proceso intergubernamental con el que todos tienen que sentirse cómodos".
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