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Intensas gestiones diplomáticas de último momento para salvar la polémica cumbre

EFE
Actualizado 28-08-2009 03:51 CET

Bariloche (Argentina).-  Los miembros de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) intensificaron en las últimas horas las gestiones diplomáticas para salvar el resultado de la reunión de mañana y rebajar el nivel de enfrentamiento entre Venezuela y Colombia por el acuerdo militar de este último con Washington.

Argentina, anfitrión de la Cumbre que reunirá el viernes a los doce presidentes de Unasur en Bariloche, Brasil, como líder virtual del proyecto de integración suramericana, y Ecuador, como presidente de turno de Unasur, se esfuerzan en lograr que la cita no termine en un fracaso que amenazaría a la Unión.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha insistido en la necesidad de mantener un diálogo franco y moderado para resolver las diferencias, aunque el venezolano Hugo Chávez parece hacer oídos sordos a los llamamientos de su vecino, al menos hasta el momento, y mantiene su intención de preparar la ruptura de relaciones con Bogotá.

Lula telefoneó hoy a Chávez para intentar rebajar el clima de crispación y convencerle de la importancia de preservar el proceso de integración regional.

El líder brasileño insistirá mañana en su estrategia durante un desayuno privado que mantendrá con Chávez, antes del inicio del pleno de la Cumbre, previsto para las 10.00 (13.00 GMT).

El Gobierno del colombiano Álvaro Uribe reiteró que pedirá respeto a su soberanía ante sus socios e insistió en que la reunión debería abordar otros temas de interés común, como la carrera armamentista de algunos de sus vecinos -en clara alusión a Venezuela-, los acuerdos de cooperación extraregionales y el terrorismo.

En Bolivia, Evo Morales, cuya llegada a Bariloche está prevista para primeras horas del viernes, insistió en su propuesta de celebrar un referendo regional en caso de falta de consenso en la Cumbre.

Por su parte, el ecuatoriano Rafael Correa, que se ha manifestado dispuesto a mediar en el conflicto, evitó hacer declaraciones a su llegada a Bariloche, aunque en una escala técnica en Lima arremetió contra Colombia y cuestionó su capacidad para controlar el uso que las tropas estadounidenses harán de las bases militares.

A Bariloche llegó también la chilena Michelle Bachelet, quien se declaró "optimista" sobre el destino del proceso de Unasur y opinó que el organismo "debe enfrentar los desafíos que existen con voluntad política".

También se encuentra ya en la ciudad el uruguayo Tabaré Vázquez, quien antes de viajar a Argentina se mostró partidario de llevar la polémica sobre las bases al Consejo de Defensa de la Unasur.

Pese a los llamamientos a la conciliación, los anfitriones han optado por tomar dos fotos de familia de los presidentes: una inmediatamente antes del inicio de la Cumbre y otra después, ante la eventualidad de que alguno de los mandatarios decida retirarse antes de lo previsto.

El polémico acuerdo militar alcanzado entre Colombia y Estados Unidos centrará la reunión.

En la cumbre no se abordará el tema del supuesto acuerdo que negocian Bolivia y Chile sobre las demandas bolivianas de recuperar su litoral en al Pacífico, tal como había solicitado el peruano Alan García, el único mandatario suramericano que ha respaldado abiertamente a Uribe en su pacto con Washington.

No obstante, Bachelet se reunirá mañana con Morales, en un encuentro bilateral privado, supuestamente para tratar de éste y otros temas de interés común.

También el paraguayo Fernando Lugo mantendrá bilaterales con la argentina Cristina Fernández y con Hugo Chávez.

Si el programa se cumple según lo previsto, la cumbre se prolongará apenas por tres horas y dará paso, a las 13.00 hora local (16.00 GMT) a un almuerzo de honor ofrecido por Fernández.

Tras despedir a sus invitados, la presidenta argentina anunciará, junto a Lula, su decisión de incorporar la norma japonesa para la televisión digital, la misma que utiliza Brasil que se convertirá, además, en el proveedor de los decodificadores necesarios para Argentina.

Mientras los líderes del Cono Sur intentan superar sus diferencias en el elitista complejo del hotel Llao-Llao, situado a unos 30 kilómetros de Bariloche, grupos de izquierda y sindicatos han convocado para el viernes una movilización en contra del golpe de Estado en Honduras y de la presencia militar estadounidense en la región.

Se prevé que a la movilización asista la senadora colombiana Piedad Córdoba.

La "cumbre paralela" reunió hoy a unas 3.000 personas, según los organizadores, que se manifestaron en Bariloche, tomada en estos días por un intenso operativo de seguridad.

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