Este guionista siempre sonríe. Cómo no va a sonreír si vive de lo que le gusta: escribir desde su casa con vistas a la plaza del 2 de Mayo de Madrid. Un lugar revolucionario, lo mismo que provocó su gran creación a su llegada al panorama televisivo, la serie de Antena 3 ‘Física o Química’. Pero no llegó de la nada, porque Carlos Montero ya trabajó antes en series como ‘Al salir de clase’, ‘El Comisario’ o ‘Génesis, en la mente del asesino’. Ha tenido en quien fijarse...
¿Qué te une a Alejandro Amenábar y Mateo Gil?
Una amistad de muchos años ya. Compartimos facultad, piso, amigos… Y estamos siempre ahí. Mateo vive cerca, y ahora que está unos días de vacaciones me encargo de regarle las plantas. Algún día les tocará a ellos cuidar de mi perro.
O sea, que tuviste amigos jóvenes y reconocidos... ¿Alguna vez te has sentido el tercero en discordia?
Bueno, mi camino profesional se alejó bastante pronto del de ellos. Son hombres de cine, yo de televisión. Al estar en sitios distintos no me siento competidor. Menos mal. Perdería.
Pero has de reconocer que no te ha ido mal...
No, no me puedo quejar.
En contraposición al cine de autor, se dice que las series de autor no existen... ¿Cuánto hay de ti en 'Física o Química'?
Pues mucho, supongo. Era la serie que quería escribir y que encima me dejaron escribir. Y hay algún personaje que otro que se parece bastante a mí. Después, evidentemente, no es sólo mi serie, es la serie de mucha gente, de los otros guionistas, de los productores ejecutivos, de los directores, de la cadena. Ellos la han mejorado y la han convertido en lo que es.
Sí, sí, pero yo, que te conozco, diría que casi todo...
Sí, me conoces, sí. Y no sé cómo tomármelo. ¿Me lo tomo bien? Todo lo morboso y sexual en la serie, sí, creo que todo eso es mío. Parte de lo polémico, también. Aunque nunca estuvo en mi idea ni ser morboso ni polémico. No sabía yo que llevaba eso dentro…
¿Qué pesa más, los numerosos fans de la serie, los índices de audiencia crecientes o las criticas de las asociaciones de padres?
Vivimos para la audiencia. Eso es lo que siempre te quita el sueño. Y mientras vaya bien, dormiremos a gusto. Y claro, es genial que la serie tenga fans. ¿Las críticas de las asociaciones de padres? Bueno, están en su derecho, sólo faltaba. Entiendo que les preocupe lo que sus hijos puedan estar consumiendo. Y no sólo lo que consumen en la tele, claro.
Has dejado la serie.... ¿Cómo es que un padre abandona a su bebé?
Hombre, porque el bebé ya tiene 18 años, es mayor de edad. No es un abandono. La serie no se resentirá lo más mínimo. Y soy un culo inquieto, tres años pegado a la serie para mí son suficientes. Es verdad que me costó tomar la decisión, porque la serie me encanta, porque he trabajado muy a gusto con todo el mundo y creo que ellos conmigo. Pero ya mi mente empezaba a estar en otro lado, y yo ahí no estoy al cien por cien, así que al final pesó más eso, el miedo a empezar a desinflarme y decidí dejarla a tiempo. Está en muy buenas manos, seguirá siendo la serie que era y mejor. Yo he visto ya los dos primeros capítulos de la cuarta temporada y son magníficos.
Has decidido tomarte unas vacaciones, pero en Madrid... ¿algún proyecto en mente?
Sí, ya he empezado a escribir como loco. Estoy contento. Después de dos meses haciendo el vago y recargando las pilas, por fin he vuelto a darle a la tecla. No sé exactamente qué saldrá. Ya te iré contando.
Eres gallego, has vivido en Nueva York y al regresar dijiste muy convencido que Madrid es tu ciudad para siempre. Te cuesta salir de ella. ¿Qué tiene que te atrapa?
Buena memoria, Luis. Mira, yo me acuerdo perfectamente de la sensación cuando llegué a los 18 años a esta ciudad. Simplemente me encantó y supe desde el primer momento que iba a ser mía. No sé muy bien por qué, pero todo me gustaba. Las calles, la gente, los cines, los bares, todo. Y me sigue pasando. Ahora ya llevo exactamente la mitad de mi vida aquí y es mi casa. A veces me agobio de Madrid, claro, pero salgo una semana y al quinto día ya la estoy echando de menos.
¿Es duro ser guionista? Ése del que nunca se acuerdan, ni siquiera cuando eres el creador...
Es duro si no tienes trabajo. Si trabajas, es una profesión cojonuda. Y es verdad que pasas desapercibido y eso a veces fastidia un poco, pero por otro lado tiene tantas ventajas… Y bueno, si eres el creador de una serie, sobre todo en Norteamérica, sí que eres conocido, más que los directores, y nunca tanto como los actores, claro. Allí han conseguido que se les respete tanto como a un autor de teatro. En teatro, la obra siempre es del autor. Es el que siempre aparece en el cartel. En Estados Unidos las series las firma y son del creador. Aquí empieza a pasar. Poco a poco.
Pero se nota que has tenido al lado buenos consejeros. No sólo tus dos amigos antes mencionados, sino también Pedro Almodóvar... ¿Qué te unía a él?
Trabajé con él, siendo su asistente en ‘Hable con ella’. Procuro no hablar mucho de Pedro, porque sólo sé decir cosas buenas, y eso siempre es aburrido. Fue una experiencia estupenda, me sentí querido y valorado y todos los días sentía que era un lujo poder estar ahí a su lado. Era fan antes de conocerlo y me volví fan fatal después. Pedro es un puto genio. Qué le vamos a hacer. Hay gente así. Y después en el trato, en el día a día, es estupendo. A Alejandro le pasa lo mismo.
¿Cómo se siente uno rodeado de tanto genio con nombre y apellidos? ¿Qué consejos te han dado?
No son de dar consejos. Ni yo se los pedía. ¿Qué he aprendido de ellos? Que además de ese talento arrollador hay dos cosas imprescindibles para estar donde están: luchan a muerte por lo que quieren y son trabajadores incansables.
¿Y cuál le darías tú a un guionista que además quiera vivir de ser guionista?
Yo, como el personaje de Óscar Ladoire en 'Pagafantas', no soy de dar consejos, pero —ya que me lo pides— a ver qué puedo decir. Yo les diría que escriban mucho y que vivan mucho. Uno se nutre de lo que lee, de lo que ve, pero sobre todo de lo que vive. Y que después se atrevan a escribir lo que quieran, que tengan una voz propia y que a la vez se sepan adaptar a la serie que les toque escribir. Vamos, casi nada. Y como ves, al igual que el personaje de Óscar Ladoire, sólo aconsejo obviedades.
¿Cine o televisión?
Sé más de tele que de cine. Me encanta el cine, el placer de meterme en una sala o de poner una peli en el dvd y estar dos horas metido en una historia es de las cosas con las que más disfruto en la vida. Pero el gustazo que me da pasarme todo un fin de semana engullendo una temporada entera de alguna serie, creo que es incluso superior.
Y una última pregunta... ¿No será Mazinger el secreto de tu inspiración? Me consta que escribís un blog juntos...
Ja, ja, sin duda Mazinger, mi perro, fue la base de inspiración de mi blog, que se llama así, Mazingeryyo. Ahora cada vez hablo menos de él y más de mí. Mis amigos me lo recriminan, creo que les gustaba más el blog cuando hablaba de él.
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