El Athletic defenderá en Tromso su ligera ventaja para hacerse con el atractivo pasaporte para la fase de grupos

NORUEGA.-  El Athletic Club defenderá mañana jueves frente al Tromso noruego, en el césped artificial del Alfheim Stadion (19.00 horas/ETB-1) la ligera ventaja de 3-2, conseguida hace una semana en San Mamés gracias a dos goles en los últimos minutos, para hacerse con el atractivo pasaporte para la fase de grupos de la nueva UEFA Europa League.

Todo lo que no sea perder le vale al conjunto rojiblanco para asegurarse su presencia en la Europa cinco temporadas después de su última participación. Pero el resultado de la ida entraña un serio peligro para los rojiblancos, que son conscientes de que al Tromso, que ya tuvo serias posibilidades de ganar en San Mamés, sólo le hace falta un gol (1-0) para apearles de la competición.

La plantilla bilbaína afronta el encuentro con una mezcla de ilusión y prudencia, y, de cierto miedo porque en el choque de mañana están en juego muchos intereses: deportivos, económicos y sociales. Una derrota pondría en cuestión la capacidad y el compromiso de la plantilla, y los métodos del entrenador, Joaquín Caparrós, que sacrificó el título de la Supercopa poniendo un 'once' de circunstancias ante el Barcelona en el Camp Nou, para que sus titulares estuvieran frescos en Noruega.

Además, caer en Tromso borraría de un plumazo la previsión del club de ingresar casi cuatro millones de euros, sin contar los generados por los tres partidos que la fase de grupos garantizaría en San Mamés. A todo ellos habría que añadir la polvareda de críticas que se levantaría en la afición rojiblanca, aún sensible tras el fiasco de la Supercopa.

Pero en el Athletic, al menos públicamente, nadie, ni entrenador, ni jugadores, ni presidente, se plantea quedar apeado de la competición, y todos confían en estar este viernes en el bombo del sorteo de la fase de grupos de la Europa League. Ni siquiera están dispuesto a poner como excusa las características del terreno de juego en el que se dirimirá el choque, de hierba artificial --similar al que el equipo rojiblanco pisó en Berna, en su victoria por 1-2 frente el Young Boys-- y con unas dimensiones superiores a las de San Mamés (110x70).

Con la consigna de marcar en puerta rival y dejar la propia a cero --algo que el Athletic aún no ha logrado hasta el momento--, el conjunto bilbaíno saltará al Alfheim Stadion con un 'once' calcado al que presentó el pasado jueves en la ida. Todo hace suponer que Aitor Ocio será de la partida una vez que las molestias que arrastraba en su rodilla izquierda haya remitido tras ser infiltrado.

LA VICTORIA DEL SIGLO PARA EL TROMSO.

Para el Tromso, el 3-2 de la ida es sinónimo de confianza. Los dos goles con los que Moldskred y Lindpere lograron poner en serios apuros al Athletic en su propio campo les hace ser optimistas. El equipo dirigido por Per-Mathias Hogmo se ven capaces de apear a su rival de la competición y con ello lograr lo que en la localidad noruega se consideraría "la victoria del siglo", comparable a los triunfos logrados ante enemigos de enjundia que hincaron la rodilla en Alfheim, como el Chelsea en la Recopa de 1997, el Galatasaray o el Estrella Roja en competición de UEFA.

Ni siquiera le hacen dudar los malos resultados que lleva cosechados en la Liga noruega, donde el equipo no conoce la victoria en los tres últimos choques disputados, lo que le ha situado en la novena plaza de la tabla, con 26 puntos, cada vez más lejos del líder, el Rosenborg.

En el último partido de su competición doméstica, ante el tercer clasificado, el Odd (1-0), Per-Mathias Hogmo decidió dejar en el banquillo a algunos de sus jugadores más habituales, como al autor del segundo gol frente a los 'leones', Limpere. De ello se deduce que el técnico noruego, al igual que su homólogo en el banquillo rival, prevé repetir el mismo equipo del partido de ida.