Santa Cruz de Tenerife.- El grupo socialista en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife presentó hoy en el registro municipal una moción en la que se pide el derribo de los aparcamientos en construcción en la playa de Las Teresitas, edificio conocido como mamotreto.
Esta moción es "la culminación de todo un proceso de trabajo y un posicionamiento político" en contra de una obra que el PSOE considera ilegal.
En un comunicado, el grupo socialista lamenta el gran coste de las obras del mamotreto y los cinco millones de euros que ha habido que pagar a la empresa OHL como indemnización por la rescisión del contrato de la obra.
Al coste hay que añadir los gastos seguridad, vigilancia y cerramiento, denuncia el PSOE local.
El PSOE pide en su moción que se retire el Proyecto Perrault para remodelar la playa y que se convoque un referéndum en el que los ciudadanos digan cuál es el modelo de playa que quieren.
Los socialistas defienden Las Teresitas "como una playa urbana, digna y familiar, sin necesidad de grandes proyectos que destruyan su morfología, ni su realidad económica y social".
"Una playa de infraestructuras minimalistas, moderna, limpia, barata, adaptada a las nuevas necesidades y actividades que han ido surgiendo", señalan.
Según el portavoz del grupo municipal, José Ángel Martín, el intento de "superpelotazo" en la playa "perdura desde los años 60" y los sucesivos gobiernos municipales "no han sabido proporcionar una playa limpia y útil a los ciudadanos de Santa Cruz".
Al grupo de gobierno "se le acumulan las imputaciones judiciales por la sangría de dinero público y por el amplio catálogo de ilegalidades urbanísticas que se han venido produciendo", denuncia.
Los socialistas, recuerda José Angel Martín, siempre han estado contra del Proyecto Perrault, tanto por su elevado coste como por "la falta de adecuación del proyecto a las necesidades del entorno y las reivindicaciones históricas y legítimas de los vecinos que no desean cambiar el uso de la playa, sino acondicionarla".
El PSC-PSOE también se oponía a la desproporcionada explotación que se quería hacer de la playa y al peso de la parte lucrativa y de negocios que establecía el proyecto.
En particular, el mamotreto tiene además un gran impacto visual y supone un cambio radical en el entorno, además de que se trata de una obra ilegal que se inició sin las preceptivas licencias, contraviniendo el planeamiento urbanístico, según Martín.
"El sentido común llama hoy a replantearse todo el proyecto de urbanización de Las Teresitas y su entorno, no sólo debemos derribar el mamotreto, también debemos replantearnos todo el proyecto del frente de playa y preguntar a los chicharreros y chicharreras que playa quieren en Las Teresitas".
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