Pablo Ubierna: "Juego 50.000 manos de póquer al mes"

Este universitario ha decidido diversificar la apuesta de su vida: unas cuantas fichas para la arquitectura y otras tantas para el póquer. Por segundo año consecutivo ha participado en el World Series of Poker que se celebra en Las Vegas y cuya inscripción cuesta 10.000 dólares, pero él se ha ganado la entrada jugando. Al mes disputa unas 50.000 manos, pero no es ningún vicioso, lo hace por la pura ley de la probabilidad. Pablo Ubierna cumple el perfil del nuevo jugador: 'cerebrito' al que se le dan bien las matemáticas, que se aplica en estudiar manuales para mejorar el juego y que prefiere jugar desde casa, por internet, escuchando música. A sus 25 años, espera acabar la carrera el año que viene, pero no tiene ninguna intención de renunciar a su otro curro, el de las cartas, que ya le da de comer.

¿De dónde te viene el póquer?

Viene de la época del instituto, jugaba con mis amigos. Luego mi hermano y yo nos pusimos a indagar sobre la modalidad del Texas Hold'em por internet, vimos que se le sacaba rentabilidad y dijimos "¡pues vamos a intentarlo!". Ya llevo cuatro años jugando, dos y medio como profesional.

¿Y cómo se da el paso de jugar con los amiguetes a convertir el póquer en tu curro?

Empecé a comprar libros por internet, a bajar manuales, a estudiar y veía que cuanto más estudiaba más ventaja tenía respecto a los demás jugadores. Hasta que gané un torneo, que me llevó a una entrevista en Viena. De 200 clasificados eligieron a diez y uno era yo. Y así conseguí mi patrocinador.

¿Pero eso de jugar a las cartas no es cosa de viciosos?

No, no. Todo el mundo sabe la tradición que tiene el mus en España; con el póquer pasa lo mismo en EEUU desde hace mil años. Yo nunca he sido de jugar a las consolas, pero será parecido: dedicas unas horas a jugar para divertirte y ya está. Hombre, para mí ya es mucho más que un divertimento, porque es un trabajo, pero me sigue divirtiendo.

¿Qué prefieres: una timba envuelta en humo con una copa cerca o una partida por internet?

Yo soy un jugador de internet, en mi casa, con mi música, mi horario...

Acabas de volver de Las Vegas de jugar en el World Series of Poker. ¿Es como en las películas? Te sientas a jugar en un casino con un trago en la mano, una rubia de escote generoso merodeando por la mesa, gángsters mirando por el rabillo del ojo...

Nada que ver. El jugador de póquer de hoy en día no tiene nada que ver con el que se veía antes... Bueno, en Las Vegas la verdad es que también ves de esos, pero en general es un ambiente superjoven y superdistendido. Gente de entre 20 y 25 años que tiene una afición y durante el juego hablas, entras en algo más personal. Y en los descansos y cuando acaba el torneo, mucho colegueo y mucha fiesta.

La suerte, la habilidad, las matemáticas, las trampas... ¿Dónde está el 'quid' de la cuestión en el póquer?

Yo cumplo el perfil de un jugador de internet. Ahí es cien por cien matemáticas. Internet te da la opción de jugar, por ejemplo, en doce mesas a la vez, que es lo que yo juego. Y la velocidad a la que reparten por internet es mucho más rápida. Yo al mes hago unas 50.000 manos. La probabilidad puede que no se cumpla en 100 o 500 manos, pero en 50.000 ya te digo yo a ti que sí se cumple. Luego hay un factor habilidad que te ayuda a salvar esas pequeñas rachas. Si juegas bien, a la larga ganas.

¿Te da para vivir?

Para vivir da si lo haces bien y eres constante. Y siempre que tengas patrocinador, si no, es difícil.

Calcula... ¿Cuánta pasta te ha hecho ganar el póquer en el último año?

No me gusta hablar mucho de eso porque hay tener en cuenta las varianzas y no hay que dar una idea equivocada. Sí te digo que yo nunca metí nada, empecé desde gratis, en un torneo por internet en el que ganaba tres céntimos. Céntimo a céntimo fui ahorrando y así subí a mesas más altas. La clave está en empezar desde bajito, no querer ganar rápido, divertirte y jugar en mesas de un nivel u otro según lo que tengas.

¿Tienes alguna superstición?

Hay mucha gente que lleva amuletos, un dólar, un regalo... pero es más algo simbólico. Lo que sí lleva la gente son gafas de sol o cuellos altos, porque cuando se pone nerviosa se le dilatan las pupilas o se le hincha la vena del cuello. Yo no soy muy experimentado en juego vivo. Mi talismán son unos cascos de música verdes. Pero me dan suerte dispar: a veces funcionan, a veces no.

A qué carta vas a apostar en la vida. A la del tapete o a la del plano

Quiero casar las dos. Las cartas me han gustado desde pequeño y la arquitectura también. Aunque me vaya bien en la arquitectura no me gustaría renunciar al póquer porque me divierte, me permite viajar y conocer gente.