MADRID.- El atleta jamaicano Usain Bolt se despidió de los Mundiales de Berlín, que concluyen mañana, con una nueva medalla de oro, en el relevo 4x100, aunque en esta ocasión no la pudo adornar con un nuevo récord del mundo.
La jornada, la penúltima en la capital alemana, se abrió con el maratón masculino, dominado por África y con un Chema Martínez a gran nivel, y se cerró con la esperada actuación del velocista caribeño, al que posiblemente le faltó un Asafa Powell a mejor nivel para haber dicho adiós con otro récord mundial
De este modo, Bolt cerró el círculo como ya hiciese hace un año en los pasados Juegos Olímpicos con tres triunfos en otras tantas apariciones, aunque en Pekín lo hizo añadiendo marcas, dos de ellas, fulminadas en los 100 y 200 metros de la cita mundial.
Los espectadores del Olímpico esperaban que el doble campeón recibiese la ayuda de sus compañeros Steve Mullings, Michael Frater y Asafa Powell. Con los dos últimos y Nesta Carter había logrado la plusmarca mundial de 37.10 en la capital china justo hace un año.
Sin embargo, pese a la ambición de Bolt, éste y sus compatriotas se tuvieron que conformar con el único premio del oro. La falta de los Estados Unidos, descalificados el viernes, les dejó sin esa competitividad para meter una marcha más, y la última posta no fue la mejor.
Los jamaicanos dominaron sin problemas, pero Powell no pudo cerrar el trabajo del mejor modo posible venciendo con 37.31 por delante de Trinidad y Tobago y Gran Bretaña. Así, Jamaica se confirmó con la reina de la velocidad, a lo que cooperó el relevo femenino, también vencedor hoy por medio de Facey, Fraser, Bailey y Stewart, en otra carrera sin los Estados Unidos, descalificados igualmente en semifinales tras la colisión de Alexandria Anderson y Muna Lee, que acabó con esta en el suelo y saliendo en camilla.
Además de Bolt, las miradas se las llevó la polaca Anita Wlodarczyk, oro en martillo con nuevo récord del mundo (77,96 metros) y por delante de la alemana Betty Heidler (77,12) y la eslovaca Martina Hrasnova (74,79).
En cambio, la decepción del día vino por parte del saltador panameño Irving Saladino, actual campeón olímpico y desde hoy ya no del mundo. El centroamericano cedió su corona del peor modo posible cuando anunciaba una gran marca.
El atleta panameño estuvo a mal nivel y no pudo ni siquiera entrar en la mejora al firmar tres nulos. Sin él, el estadounidense Dwight Phillips, gran favorito, se hizo con el oro con un salto de 8,54 por delante del sudafricano Godfrey Mokoena (8,47) y el australiano Mitchell Watt (8,37).
En la pértiga, la victoria fue para el actual campeón olímpico, el australiano Steven Hooker, que lesionado se adjudicó el título con 5,90, mientras que en los 5.000 metros, Kenia le volvió a ganar la partida a Etiopía como sucediese en los 10.000, esta vez por medio de Vivien Cheruiyot, que comandó el doblete junto a Sylvia Kibet ante un nuevo hundimiento final de Meseret Defar, que se quedó con el bronce.
GRAN CHEMA MARTÍNEZ.
La única representación española de la penúltima jornada vino por medio del veterano José Manuel Martínez, que terminó octavo en un duro maratón masculino dominado por los africanos, convirtiéndose en el primer europeo de la prueba.
El madrileño cambió en esta ocasión su guión ambicioso y prefirió marcar su propio ritmo y no intentar seguir a los de cabeza, como siempre un punto por encima de los demás, y más si las condiciones se endurecen.
El español tenía como objetivo mejorar el décimo puesto logrado en Osaka hace dos años y supo guardar fuerzas para los kilómetros finales, donde fue realizando una gran remontada que le llevó hasta el octavo puesto con un tiempo de 2:14:04.
Chema Martínez se mantuvo en los puestos intermedios de la prueba y decidió darlo todo en los tres kilómetros finales, aprovechando la falta de fuerzas de los de delante para firmar un buen resultado, que le da ánimos para la cita de los Europeos del año que viene, que se celebrarán en Barcelona.
La victoria en los 42 kilómetros fue para el keniata Abel Kirui, con un tiempo de 2:06:54, por delante de su compatriota Emmanuel Kipchirchir Mutai y del etíope Tsegay Kebede, gracias a un ataque en los compases finales.
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