Santander.- La actriz Marisa Paredes, galardonada hoy con el Premio UIMP a la Cinematografía, ha contado que su vida ha sido el teatro desde que entró en la Escuela Nacional de Teatro, pero que el cine, aunque llegó después, "se ha convertido en el otro eje sobre el que gira su vida".
La actriz, que pisó un escenario por primera vez en 1961 con la compañía de Conchita Montes, ha sido la primera galardonada con este premio concedido por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), que pretende "crear vigor y prestigio al cine español", según ha dicho su rector, Salvador Ordoñez.
Marisa Paredes ha contado que entró en el teatro de manera casual, aunque lo que realmente quería era formarse en la universidad, ya que "desde niña sacaba muy buenas notas", pero las circunstancias económicas de su familia le cerraron las puertas de bachillerato porque "había que llevar dinero a casa".
Entonces empezó a trabajar como actriz y pronto decidió dedicarse a ello, por lo que se matriculó en la Escuela Nacional de Teatro, ya que en la Escuela de Cine, igual que en la universidad, le exigían tener bachiller, según ha explicado.
"Desde entonces yo he amado al teatro y el teatro me ha amado a mí", ha expresado la actriz, que ha subrayado que el teatro le dio la posibilidad de sentirse libre y de cambiar de personalidades, algo que ya le gustaba de pequeña cuando pasaba el día disfrazándose.
El rector de la UIMP ha destacado que Paredes es un referente de "coherencia y sabiduría" en la profesión, tanto para creadores, como espectadores, así como para los futuros actores, "que la toman como inspiración".
Ordóñez ha justificado el galardón a Paredes por su larga trayectoria de más de 100 películas y numerosos premios -"más los que quedan por venir", entre los que ha destacado la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.
Además de su filmografía, Ordoñez ha puesto de relieve la generosidad de Marisa Paredes, "una actriz que ha puesto su generosidad al servicio de sus compañeros", como demostró los tres años que estuvo al frente de la Academia de Cine, entre 2000 y 2003, cuando quedó patente "su esfuerzo y compromiso con la profesión".
En el acto se ha leído un Laudatio escrito por Vicente Molina Foix que no ha podido asistir a la entrega del premio por estar ultimando los preparativos del rodaje de su próxima película, que estará protagonizada precisamente por Marisa Paredes.
Molina Foix ha hecho hincapié también en el compromiso social con el que Paredes ha ejercido su profesión, ya desde los tiempos del Franquismo cuando la actriz "ya levantó su voz desafiante".
El director ha evocado imágenes de una Marisa Paredes "hermosa, inteligente, curiosa por todo y con gran sentido del humor", a la que sobre los escenarios ha recordado por "su voz peculiar, de recia sonoridad y colores dulces".
Tras su paso por el teatro, Molina Foix ha relatado cómo el cine no se fijó en ella hasta los años 80, cuando se convirtió en uno de los rostros "más elocuentes" de las películas de realizadores de "nueva ola", como Fernando Trueba, Martínez Lázaro, Chávarri o Pedro Almodóvar.
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