Madrid.- La Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC) tiene previsto hacer público su informe provisional sobre el accidente del avión de Spanair del 20 de agosto del año pasado, antes del próximo viernes.
Fuentes próximas a la investigación indicaron a EFE que en este informe se mantiene que no se registró ninguna alarma de configuración errónea en las operaciones de despegue, por lo que no arrojaría demasiadas novedades con respecto al primero publicado el 8 de octubre del año pasado y que en principio parece que reafirma el contenido del mismo.
El avión de Spanair, un MD-82, del vuelo JF3022 con destino a Gran Canaria, sufrió un accidente en el momento del despegue en el aeropuerto de Barajas en el que murieron 154 personas.
El nuevo análisis aportado por este documento provisional, alude también, al igual que el anterior, a que el aparato intentó despegar con la configuración de los "flaps" en un valor de reflexión de cero grados.
Los "flaps" son las superficies sustentadoras de borde de salida del ala que se emplean para las operaciones de despegue y aterrizaje.
El modelo MD-82 está diseñado con dos dispositivos flaps y de borde de ataque de alas (slats), y según el informe preliminar presentado en octubre, los restos encontrados de estos últimos evidencian que ambos estaban en una posición de repliegue.
La Comisión detectó también que el computador de guiado digital de vuelo seleccionado por la tripulación -el MD-82 está equipado con dos de estos aparatos- presentaba problemas de integridad y fiabilidad en los parámetros de vuelo que se transmiten desde dicho sistema.
Entre los parámetros que se registran procedentes de dicho computador está la posición de los slaps, mientras que en los parámetros de posición de los flaps y de la temperatura de la sonda RAT no intervienen estos computadores.
El avión de Spanair, que estaba preparado para volar desde Madrid a Gran Canaria el pasado 20 de agosto tuvo que suspender su primer despegue al encontrar los pilotos un excesivo calentamiento de la sonda de temperatura (RAT), situación que quedó registrada.
El documento preliminar relató que el avión se elevó 40 pies del suelo y descendió bruscamente impactando en el terreno con la parte del cono de cola y casi simultáneamente con la punta del ala derecha y los capós del motor derecho.
A continuación, el aparato rodó a lo largo de 448 metros perdiendo contacto con el suelo al alcanzar un terraplén, y siguió por un terreno irregular que descendía sobre el arroyo de la Vega, próximo a la pista, donde originó un incendio que afectó al avión y a cerca de doce hectáreas de terreno.
Debido a los botes que dio el aparato, perdió completamente la integridad estructural y sus restos quedaron muy afectados por el fuego y fragmentados sobre el terreno.
Con la presentación de este informe preliminar, la CIAIAC intenta salir al paso de la obligación que marca la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) de presentar un informe a los doce meses de producirse un accidente.
El siniestro ocurrido el 20 de agosto en el aeropuerto de Madrid-Barajas causó la muerte a 154 personas, de ellas 148 eran pasajeros y seis tripulantes. Dieciocho personas lograron sobrevivir.
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