Madrid.- El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Junta de Andalucía tienen previsto liberar a lo largo del verano un total de 240 ejemplares de tortuga boba en playas del Parque Natural de Cabo de Gata (Almería).
Se trata de un proyecto para reintroducir esta especie amenazada en todo el litoral andaluz donde anidaba tradicionalmente, y ampliar así la zona de anidación, que actualmente se reduce al litoral de Cabo Verde.
En septiembre de 2008, los investigadores del CSIC trasladaron desde la isla de Boavista (Cabo Verde) a Almería cuatrocientos huevos que enterraron y cuidaron hasta su nacimiento, han explicado a EFE fuentes del CSIC.
Los cuidados se extienden durante el primer año de vida de las tortugas ya que si se soltaran al mar nada más nacer tendrían "una posibilidad entre un millón de sobrevivir".
Cuando son liberadas, las tortugas llevan un chip subcutáneo que facilita su identificación, y algunas de ellas, un dispositivo de seguimiento mediante ultrasonido, que permite conocer su evolución en sus primeros momentos en el océano.
El equipo de científicos ha trasladado otros 500 huevos desde Cabo Verde, de los que 350 serán enterrados en cinco nidos ubicados en playas de Cabo de Gata y el resto se incubará de forma controlada en las instalaciones experimentales de la Estación Biológica de Doñana (CSIC).
Permanecerán así durante un periodo entre 50 y 65 días, momento en el que nacerán estas nuevas tortugas, que serán cuidadas durante un año para ser liberadas en 2010.
La tortuga boba anida actualmente sólo en la playa caboverdiana de Boavista, de apenas cincuenta kilómetros de largo, donde se encuentra en peligro de extinción.
"La caza sistemática de hembras y la alta mortalidad en los nidos por fallos en la incubación o por depredación ponen en peligro la supervivencia de este único núcleo reproductor", ha señalado el director del proyecto e investigador de la Estación Biológica de Doñana, Adolfo Marco.
El calentamiento global que eleva el nivel del mar y reduce el número de playas, y la necesidad de temperaturas frías para la correcta incubación de ejemplares macho también ponen en peligro la conservación de la especie.
Así, la variedad climatológica de las playas andaluzas las convierte en una buena opción para que aumente el nivel de ejemplares macho.
Tras analizar más de cien posibles localidades, los investigadores eligieron las playas de Cabo de Gata por sus condiciones climatológicas y por ser un espacio protegido, ha explicado el CSIC, que también desarrolla proyectos de conservación y protección de la tortuga en Cabo Verde.
Además, los científicos del CSIC han iniciado un nuevo estudio con el objetivo de conocer cuál es el comportamiento de las tortugas ante especies depredadoras que habitan en el mar Mediterráneo, para lo cual, han introducido varios ejemplares en el acuario de Almuñécar (Granada), que reproduce los ecosistemas marinos de este mar.
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