Río de Janeiro.- El Flamengo del 'Emperador' Adriano encara esta Copa Sudamericana como una oportunidad de lujo para volver a cosechar un triunfo internacional que no saborea desde 1999 y para redimirse de su temporada gris en el Campeonato Brasileño.
El equipo carioca maneja como pocos la mística de su laureada historia -coronada con la Libertadores que Zico y Júnior levantaron en 1981- y la magia de su estadio, el Maracaná, pero necesita como pocos alimentar a su afición, la mayor de Brasil, con algún título de relevancia, como sería esta Sudamericana.
El último trofeo internacional del Flamengo fue precisamente hace una década en la extinta Copa Mercosur, torneo precursor de la actual Copa Sudamericana, en la que hasta ahora ha caído siempre en las fases previas, en enfrentamientos contra equipos brasileños.
Los rojinegros de Río de Janeiro han comenzado la Liga de forma titubeante, considerando que cuenta con un delantero con los galones de Adriano, que lidera la tabla de goleadores a pesar de haber reconocido que le se siente solo en la delantera porque no le llegan las suficientes asistencias de sus compañeros.
Los diversos traspiés en la Liga conllevaron cambios en el vestuario y, desde hace un mes, el técnico Andrade, procedente de las categorías de base, se hizo con las riendas del equipo.
Con el nuevo entrenador se ha enderezado en parte el rumbo de uno de los clubes con más rancio abolengo en Brasil, que cuenta con uno de los mejores delanteros de la Liga, pero que adolece de un banquillo demasiado corto.
La ventana de transferencias de julio y agosto supuso la pérdida de varias piezas importantes, como el centrocampista Ibson, tras cuya salida ha ganado espacio el serbio Dejan Pétkovic, que llegó al equipo por la puerta de atrás, pero se ha ganado un puesto de titular a sus 36 años.
Los pases del ex jugador del Real Madrid se han hecho fundamentales para aprovechar el talento de Adriano, estrella indiscutible de este equipo, y para conectar con el experimentado delantero Emerson, curtido en las ligas japonesa, qatarí y francesa.
Resguardando las espaldas del serbio, el mundialista Kléberson se presenta como uno de los hombres más importantes del equipo, tanto para desarmar a los rivales como para armar las jugadas de ataque.
Otra de las mejores armas de los brasileños son los centros y las internadas del lateral Leo Moura, todo un estilete por el lado derecho, que sorprende cuando el conjunto más lo necesita.
La alineación base del Flamengo es la siguiente: Bruno; Leo Moura, Wellington, Aírton, Ronaldo Angelim, Everton; Willians, Kléberson, Pétkovic, Emerson y Adriano. Entrenador: Andrade.
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