Río de Janeiro.- La selección brasileña entrará en campo mañana por primera vez desde el triunfo en la Copa de las Confederaciones, en un amistoso contra Estonia que le servirá para comenzar a carburar de cara a su inminente visita a Argentina por las eliminatorias mundialistas.
Los pupilos del seleccionador Carlos Caetano Bledorn Verri "Dunga" acaban de regresar de las vacaciones, apenas acaban de reincorporarse a sus clubes y algunos de ellos han jugado muy pocos minutos.
La mayor estrella de Brasil, Kaká, tan solo ha jugado dos partidos incompletos con el Real Madrid antes de volverse a enfundar la casaca "verde-amarilla" con la que se proclamó campeón de la Confederaciones el pasado junio en Sudáfrica.
Los brasileños no se pueden permitir el lujo de la relajación, deberán servirse del amistoso contra Estonia para empezar a ganar ritmo, tomar cuerpo y prepararse para los próximos y cruciales partidos de las eliminatorias para el Mundial.
Brasil, que lidera la clasificación suramericana con 27 puntos, visitará en septiembre a Argentina (cuarto, 22 puntos) en Rosario y recibirá, acto seguido, a Chile (segundo, 26 puntos) en Salvador.
El amistoso de Tallin será el único ensayo antes de esos dos partidos que, de ganar ambos, la "canarinha" se quedaría con un boleto para el Mundial prácticamente asegurado.
Lo más seguro es que de inicio comiencen a jugar Robinho, Kaká, Luis Fabiano y el resto de titulares habituales, que necesitan ponerse a punto en este comienzo de temporada.
Pero tratándose de un amistoso, Dunga probablemente aprovechará para dar minutos a jugadores jóvenes y menos rodados, como Nilmar, flamante fichaje del Villarreal español, y Ramires, una de las más agradables sorpresas de Brasil en Sudáfrica.
Dos debutantes como el lateral izquierdo Filipe Luis, del Deportivo de La Coruña español, y Diego Tardelli, goleador del Atlético Mineiro brasileño, también tendrán sus opciones e incluso podrían comenzar de titulares.
El encuentro conmemorará el centenario del primer partido de fútbol jugado en Estonia, un país que nunca ha participado en la fase final de un Mundial y tan solo ha podido volver a convocar una selección en 1991, después de su independencia de la URSS.
Los estonios tendrán la ventaja de llegar al partido más rodados, puesto que la mayoría de ellos juega en ligas de países nórdicos que ya han arrancado, además del apoyo de su afición, que abarrotará los cerca de 10.000 asientos del estadio A. Le Coq Arena de Tallin.
En sus últimos siete partidos en casa, los nórdicos han ganado tres (Moldavia, Armenia y Guinea Ecuatorial) y han empatado cuatro, incluyendo sendos 0-0 contra Turquía, por las eliminatorias del Mundial de Sudáfrica, y en el último amistoso que jugaron el pasado junio contra Portugal.
Con esos números en la mano, Estonia espera crearle más problemas de lo previsto al pentacampeón del mundo, en la primera vez en la historia que ambos combinados se cruzan.
Para la mejor selección del ránking de la FIFA en el momento, la ocasión se presenta como una oportunidad de redondear una goleada, con permiso del defensa central Ragnar Klavan del AZ holandés, hombre más destacado de la formación europea.
Alineaciones probables:
Estonia: Sergei Pareiko; Enar Jääger, Raio Piiroja, Alo Bärengrub, Ragnar Klavan; Martin Vunk, Aleksandr Dmitrijev, Ats Purje, Konstantin Vassiljev; Kristen Viikmäe y Serguei Zenjov.
Brasil: Julio César; Daniel Alves, Lucio, Juan, Filipe Luis; Gilberto Silva, Elano, Felipe Melo, Kaká; Robinho y Luis Fabiano.
Hora: 20.15 local (17.15 GMT).
Estadio: A. Le Coq Arena de Tallin.
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