Santiago de Compostela.- La presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, ha defendido las reformas de la nueva Xunta, entre ellas la posibilidad de optar entre el gallego y el castellano en las oposiciones, e ha insistido en que esta medida no supone otra cosa que regresar a "lo que se hacía en la época de Fraga", sin que entonces se hubiese suscitado polémica.
En una entrevista con EFE, la presidenta de la Cámara consideró "muy breve, pero muy intenso" el periodo de dos meses desde que accedió al cargo, y confió en que la tensión política vivida desde los comicios haya sido "una lluvia pasajera", un periodo de "adaptación" de los grupos parlamentarios y las nuevas mayorías, por lo que ahora "necesitamos unos días para desconectar y ver las playas gallegas, relajarnos un poco", bromeó.
En todo caso, Pilar Rojo confió en que tras el verano "las cosas volverán a la normalidad" porque "cada uno tiene que asumir su papel" y destacó, entre otros trabajos parlamentarios, su deseo de que se pueda conseguir un acuerdo para la reforma del Estatuto de autonomía.
"Creo que sería un buen momento, porque en la pasada legislatura quizá era más difícil" conseguir el consenso, y recordó a este respecto que el Gobierno gallego ofreció "poner un texto sobre la mesa".
En su opinión, durante el Gobierno de coalición "se llegó a acuerdos muy importantes" pese a que finalmente fracasó la negociación, por lo que hay un trabajo ya hecho que, dijo, confía posibilite que se llegue a elaborar un Estatuto "de todos".
Preguntado por la tensión que se puede volver a generar al reanudarse el periodo de sesiones, al llegar al Parlamento leyes que reforman otras elaboradas en la época del bipartito, Rojo insistió en que es "obligación de un Gobierno" cumplir su programa electoral, que debe ser el "libro de cabecera" de los partidos.
Sobre si prevé gran polémica por la entrada en la Cámara de la ley por la que quedará derogado el concurso eólico, Pilar Rojo insistió en que este asunto "ya generó muchas tensiones en el propio Gobierno bipartito".
"A mí me parece que, cuando menos, este Gobierno tiene la obligación de revisar todo aquello que suscite dudas" e indicó que no cree que la postura del Ejecutivo "sea afán revisionista, sino un afán legalista", máxime cuando también al Ejecutivo anterior "le generaba dudas".
Otra de las polémicas que la presidenta del Parlamento ha vivido desde que accedió al cargo es la de la lengua, especialmente en un ácido pleno en que la oposición lamentó "ataques" al gallego.
A juicio de Pilar Rojo, las medidas que ha tomado el Gobierno gallego en relación con la lengua "no han sido más que volver a lo que hubo durante 16 años" e indicó que ahora "se está hablando de bilingüismo cordial, armónico, de no imponer".
La medida tomada para poder optar por los dos idiomas oficiales en las oposiciones "fue lo que siempre se llevó a cabo, dando libertad a los que se presentaban a hacer el examen en una lengua o en otra, y no recuerdo que en 16 años un sindicato ni nadie hubiese dicho absolutamente nada".
Sobre la postura de la oposición, alguno de cuyos miembros llegó a señalar que Fraga era más galleguista que el actual Gobierno, Pilar Rojo señaló: "¡Pero si lo que se ha hecho es volver a lo que se hacía en la época de Fraga, si lo de las oposiciones es lo que se ha hecho durante 20 años en Galicia¡".
Respecto a la decisión del Gobierno de derogar el decreto del gallego, Pilar Rojo considera que "imponer no ha sido bueno nunca en nada en la vida, y sobre todo en una comunidad como en Galicia donde la lengua nunca ha sido un problema".
Dijo confiar en que "las cosas se tranquilicen y la gente vea que aquí no hay un ataque al gallego en ningún lado". A este respecto, apostó por proteger el gallego, pero "eso no significa que a la gente no le des libertad para expresarse en lo que quiera. A mí me parece que la imposición es, precisamente, la que reflejan las estadísticas: que la gente joven hable cada vez menos en gallego. Por algo será".
En su opinión, "el joven es rebelde y va a hacer siempre lo contrario, y la forma que tienes de enseñarle el gallego no es lo que él considera más práctico" lo que, a su juicio, debería abrir una reflexión.
Para el periodo de sesiones tras las vacaciones de verano, además, la presidenta del Parlamento confía en que los grupos retomen una reforma que ha impulsado, y que a su juicio es sencilla: el voto rogado para evitar la "cuestión discriminatoria" de que las diputadas con permiso de maternidad o embarazadas con riesgo puedan ejercer su derecho.
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