Hitler nos hace gracia, ¿y a los alemanes?

Desde que los célebres Three Stooges hicieran reír al mundo occidental con su 'You Nazty Spy!' , estrenada durante la II Guerra Mundial, Hitler ha sido objeto de parodia constante en el cine. La novedad es que ahora Alemania por fin ha dejado de lado sus complejos y se ha sumado a la burla del cruel —pero no por ello menos paródico— pintor frustrado con 'Mein Fürher', una comedia del director Dani Levy que ya ha levantado algunas ampollas entre los sectores más conservadores del país germano y que aterriza en España esta misma semana.

Y es que ese bigote que marcó tendencia en los cuarenta, sus escasos 173 centímetros de altura y un flequillo rebelde que no paraba quieto en los mítines, son, reconozcámoslo, todo un órdago a la seriedad. Unos detalles estéticos que supo disimular muy bien Leni Riefenstahl, pero que otros como Charlie Chaplin o Bobby Watson caricaturizaron a la perfección en filmes como 'El gran dictador' —segunda incursión de Hollywood en el género cómico-hitleriano después de la mencionada 'You Nazty Spy!'— o 'Hitler, Dead or Alive', en la que tres ex convictos raptan a Hitler para posteriormente raparle y afeitarle el bigote, algo que hará que sus propios soldados nazis no lo reconozcan y lo maten al considerarlo a primera vista "un ser de raza inferior".

Obviamente, no es la estética la que ha convertido al autor del 'Mein Kampf' en todo un icono de la comedia —algo bastante irónico, por otro lado—, sino su extremadamente perversa gestión de Alemania entre el 33 y el 45, política —si es que puede llamarse así— que los Aliados no dudaron en utilizar como inspiración de su propaganda bélica. Así nacieron películas en las que el Führer era tan ridiculizado que incluso ahora nos sorprende.

Es el caso de cintas como 'Hitler y el diablo' (1944), un mediometraje en el que Bobby Watson —uno de los actores que más veces ha interpretado al canciller alemán— protagoniza una serie de situaciones disparatadas en las que también interviene un hilarante Mussolini. Protagonizadas también por Watson, destacan las comedias 'The Nazty Nuitsance' —también de los Three Stooges— o 'El asombro del siglo', actualmente difíciles de conseguir pero no por ello menos recomendables. Desde aquí, de hecho, se las recetamos fervientemente al también bastante cómico Richard Williamson, ese obispo británico apadrinado por Ratzinger que no duda en negar el Holocausto. A nosotros nos hace bastante gracia.

Volviendo al tema que nos ocupa, si ya durante la II Guerra Mundial el cine se mofaba del dudosamente ario Adolf Hitler —otro ejemplo ya bastante clásico es 'Ser o no ser'—, lo mejor estaba por venir. El destape de la comedia nazi llegaría a su auge con 'La sombra de Hitler', estrenada en los sesenta y en la que el actor Bill Freed da vida a la cabeza del Fürher al más puro estilo 'Futurama'. En este filme del visionario David Bradley, el melón de Hitler se dedica a intentar conquistar el mundo desde una pequeña localidad caribeña, donde un grupito de nazis cuidan de su estado de salud y se aseguran de mantener la testa con vida.

Otra frikada bastante divertida es la posterior 'Hard Rock Zombies', un filme ochentero y deliberadamente malo en el que un grupo de hard-rock llega a un remoto pueblo para tocar ante un público compuesto por enanos homicidas, hombres-lobo y demás esperpentos gobernados por el mismísimo Hitler.

En esta línea podemos ubicar también la española y más reciente 'Ellos robaron la picha de Hitler', que, aunque no protagoniza propiamente el canciller, sí que lo hace su miembro viril a través de un argumento que no raya el absurdo, sino que lo sobrepasa con creces, y que no trataremos de explicar aquí.

Por otro lado, ahora os preguntamos a vosotros, ¿creéis que ya era hora de que Alemania tocara el tema nazi desde una perspectiva cómica? ¿O por el contrario sois de los que pensáis que es inmoral que el responsable del Holocausto protagonice parodias? ¡Aprovechad la democracia y opinad!