San José.- El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, espera que el Gobierno de facto de Honduras "recapacite" y firme "en las próximas semanas" el acuerdo propuesto por él para solucionar la crisis política, que tiene como eje principal el retorno a la Presidencia del depuesto Manuel Zelaya.
"Que se pueda firmar en los próximos días o próximas semanas. No hablemos de meses, porque creo que el Gobierno de facto tiene que recapacitar porque le está haciendo daño al pueblo hondureño y lo mejor es que se normalice todo lo más rápido posible", declaró Arias en una conferencia de prensa.
El mandatario y mediador en el conflicto hondureño aseguró que "cada vez más la comunidad internacional está poniendo más presión" sobre el nuevo gobierno y calificó como un paso importante la visita que Zelaya realiza a México y la reunión que mantuvo con el presidente de ese país, Felipe Calderón.
Además, dijo que es "sumamente importante" que el derrocado mandatario hondureño visite otras capitales latinoamericanas como Brasilia, a donde Zelaya ha dicho que viajará, aunque no hay una fecha determinada.
Arias afirmó que hoy recibió una llamada del canciller sueco, Carl Bildt, cuyo país preside este semestre la Unión Europea (UE), para "ver qué más puede hacer" la UE "para que se concrete la firma del acuerdo de San José lo más pronto posible".
El presidente costarricense aseguró que ha estado en contacto constante con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, para planificar una misión de cancilleres que visite Honduras.
Hasta el momento, dijo Arias, el único canciller que tiene seguro un cupo en esa delegación es el costarricense, Bruno Stagno, pues tiene un amplio conocimiento de la situación al ser parte fundamental de la mediación.
Sobre la posibilidad de que el acuerdo se firme en Tegucigalpa, Arias, premio Nobel de la Paz 1987, dijo que "es una opción válida" y que ese sería "el lugar más indicado".
El "Acuerdo de San José" propuesto por Arias incluye como principales puntos la restitución de Zelaya, la creación de un gobierno de unidad y reconciliación nacional y el otorgamiento de amnistías para los delitos políticos a los implicados en el conflicto.
Honduras vive una profunda crisis política desde el 28 de junio pasado, cuando el ejército capturó y expulsó del país a Zelaya, a quien el Congreso sustituyó por Roberto Micheletti, cuyo gobierno carece de reconocimiento internacional.
La comunidad internacional ha condenado estos hechos como un golpe de Estado y ha exigido el retorno al poder de presidente derrocado.
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