La incertidumbre de los trabajadores en el 'culebrón' de las cajas

MADRID.-  Unos lo llaman baile, otros 'culebrón'... Sus protagonistas, las cajas de ahorro, han aplazado el desenlace del serial —en el que se avecina más de un matrimonio— hasta otoño. Pero esto no ha impedido que sus trabajadores, principales afectados del juego de las fusiones, comiencen a ponerse nerviosos ante la posibilidad de uniones de entidades de las mismas comunidades autónomas, que podrían provocar que las redes de algunas oficinas se solapasen en un momento económicamente muy delicado. Pero en Madrid, elegido en pleno auge financiero por muchas cajas pequeñas como campo de expansión, no están demasiado inquietos. Aunque es cierto que se abrieron muchas sucursales, creen que no son las suficientes.

En algunas entidades reina la calma. "Siempre se está hablando de fusiones y al final no pasa nunca nada", nos cuenta una empleada una de las sucursales que tiene Caixa Laietana en el centro de Madrid. "Desde luego, yo estoy tranquila", sostiene la trabajadora, para quien el problema no estará en las comunidades en las que este tipo de entidades tienen una tímida representación. "Ésta es la única oficina del barrio, aunque tenemos 27 en todo Madrid", explica.

No son los únicos que prefieren mantenerse al margen de rumores o especulaciones. "Nosotros somos Caja Rural de Toledo y no tenemos ningún problema", afirma muy seria una de las cajeras de esta entidad manchega en plena Gran Vía, quien levanta las cejas sorprendida cuando se le pregunta que si cree que la situación de la caja para la que trabaja va a cambiar a partir de septiembre, cuando comience la carrera de fusiones. "Nosotros no hemos oído nada", señala.

Las que ya tienen claro cuál será su destino más próximo son la malagueña Unicaja que ultima los preparativos de su boda con la cordobesa Cajasur y, en paralelo, con Caja de Jaén. En julio ya se adelantó que la nueva entidad se llamará Unicajasur y que casi seguro que su presidente será el actual directivo de Unicaja, Braulio Medel. En Madrid, los trabajadores saben que esta unión se traducirá en despidos de sus compañeros andaluces. Sin embargo, reconocen que para el conjunto de la entidad será un paso positivo. "Algunas cajas están pasándolo mal", señalan desde una oficina de Cajasur, donde consideran que el matrimonio de entidades les ayudará a reforzarse.

Otras que entonarán pronto el 'todos para uno' son Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu, donde las negociaciones para la fusión están más que avanzadas, lo que no quiere decir que los trabajadores sepan muy bien qué pasará cuando el proceso de unión llegue a su fin. "Nos estamos enterando por la prensa. Por los medios nos hemos enterado de que se ha constituido una mesa de trabajo con los sindicatos", asegura un joven empleado de Caixa Terrasa en Madrid. "Lo que sí se nos ha transmitido es que, aunque va a haber recortes, éstos no van a ser traumáticos", señala aclarando que "se traducirían sobre todo en jubilaciones anticipadas y medidas por el estilo".

Evidentemente, esto se va a notar más en Cataluña, donde estas tres cajas cuentan con un gran número de oficinas. No así en Madrid, donde en total, no llegan ni a 25 sucursales. "No creemos que se vayan a abrir más oficinas a corto plazo, pero desde luego, al no haber locales excesivamente cerca, no tendría sentido cerrar ninguno", cuenta el trabajador, quien a corto plazo no teme por su puesto, más allá del miedo generalizado a quedarse en el paro que tienen la mayor parte de los españoles en estos tiempos de crisis. Por otro lado, los trabajadores confían en que la diversificación del negocio "sea una salida". Según él, muchos empleados de las oficinas que se vean obligadas a cerrar y a los que no se les pueda jubilar anticipadamente "recibirán cursos de formación para otras áreas de negocio, como los seguros, etc.".

De lo que no tienen dudas, ni en Caixa Terrasa ni en ninguna otra de estas cajas pequeñas, es de que hay que "estar en Madrid", ya que "es la primera economía española y la expansión natural es así", añade el trabajador de esta entidad catalana.

Donde continúa la intriga

Esta aparentemente "alegre" fusión de las tres cajas catalanas contrasta con otros affaires menos afortunados, como el de las dos castelloleonesas Caja Duero y Caja España. La dirección de esta última confesó haber mantenido conversaciones con entidades de otras comunidades autónomas, algo que molestó en la primera, pero sobre todo, en los despachos de la Junta de Castilla y León gobernada por el PP, donde sueñan con una "gran caja castellanoleonesa". Así, el vicepresidente segundo de Caja España, Francisco Fernández, criticaba la oposición del presidente de la comunidad, Juan Vicente Herrera, a las fusiones con cajas de otras regiones preguntándose si mantendría esta postura si la fusión fuera "necesaria" y "positiva". "¿Estamos hablando del empleo, de la obra social y de lo que supone el beneficio que dan las cajas o de un órgano económico y financiero de una comunidad?", se preguntaba el directivo.

De hecho, muchos trabajadores se han mostrado más tranquilos al pensar en alianzas extrarregionales. "Así se evitarían los cierres de muchas de oficinas", afirma una empleada de una oficina de Caja España en Valladolid, quien subraya que se trata de "cientos de puestos de trabajo" de personal de oficinas que, en muchos casos, se encuentran "pared con pared".

Con todo ello, no es de extrañar que en Andalucía, donde se avecinan infinidad de cambios, se muerdan las uñas. Además de Cajasur y Unicaja, otras que también están pensando en entrar en el juego de las fusiones son Cajasol y CajaGranada. Además, la primera está considerando poner sus miras más allá de las fronteras de la región aunque, en todo caso, esto se verá entrado el otoño.