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Entre el 20 y el 40% de los españoles se infectará pero no todos precisarán atención médica

EFE
Actualizado 01-08-2009 09:59 CET

Valladolid.-  Entre un 20 y 40 por ciento de los españoles padecerá la gripe AH1N1 este invierno, de los que no todos precisarán atención médica, según explica el director del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu, que recomienda comportarse como ante una gripe común.

En entrevista con la Agencia Efe, el experto reconoce que la aparición de casos de gripe AH1N1 en verano, fuera de estación, y con casos en personas jóvenes puede sorprender a la población, aunque recuerda que la gripe estacional deja unos 3.000 muertos cada año, en los que "no nos hemos fijado porque no han tenido rostro".

Tampoco nos hemos molestado en contar los niños que fallecen por la gripe anualmente, que en Estados Unidos, un país con medicina avanzada, suelen ser entre veinte y veinticinco.

Con esas cifras por delante y los tres millones de españoles que suelen infectarse cada año de gripe estacional, Ortiz de Lejarazu aconseja sentido común, sensatez y cabeza fría para no colapsar la sanidad, ya que no todos los enfermos requerirán de atención médica.

Al responsable de uno de los tres centros nacionales de la gripe junto a los de Madrid y Barcelona le sorprenden algunos de los titulares que ha provocado la pandemia de la gripe y aconseja dejar la "negrita para cuando haga falta o para las esquelas", ante una enfermedad que dejará "seguro" más de esos 3.000 muertos en España.

"La incertidumbre mayor" de cara al otoño es "el plazo de tiempo" en el que se van a producir los contagios, que si fueran de un 20 por ciento de la población -España supera los 46,6 millones de habitantes- "sería un dato extraordinariamente bueno".

El responsable del Centro de la Gripe, situado en el Clínico Universitario de Valladolid, invita a cada ciudadano a que se pregunte qué hizo en su última gripe común, en la que seguro hizo gala de "paciencia", "sentido común" y "del deber" para hacer frente a un proceso vírico, acudiendo al médico sólo cuando se sintió mal.

"Se trata de un virus nuevo, que examina a todos por igual, igual que los exámenes de COU o del PREU, para todos, y muy democrático" ya que afecta a todos los grupos de población".

Además -refiere- no aparece de forma "brusca" ni se está grave a las pocas horas, como puede temer la gente, sino que tiene un tiempo de evolución de unos siete días, tras los que en general se cura, aunque se pueda agravar entre el cuarto y quinto.

A pesar de que han pasado tres meses desde los primeros casos en España, reconoce que "no se tienen todas las claves patogénicas que expliquen por qué en algunos casos, pocos, fallecen personas que aparentemente están sanas" aunque, a su juicio, "de momento se trata de una única cepa del virus" y la respuesta a la enfermedad tiene que ver "más con cuestiones personales".

Es como en "las relaciones personales, que son variopintas", observa el también jefe del servicio de microbiología del Clínico de Valladolid, que a modo de ejemplo se refiere a dos parejas, una en la que todo funciona al cincuenta por ciento y fracasa y otra en la que no hay ese equilibrio y sale adelante.

A su juicio, se está trabajando bien de cara al otoño sobre los mecanismos necesarios, como los teléfonos de consulta, y para evitar que se colapsen los servicios de atención primaria y de urgencias, ya que en el día a día además de la pandemia hay que seguir atendiendo infartos, cánceres de mama o accidentes de carretera.

Si algo despierta la gripe es, según Ortiz de Lejarazu, "la absoluta solidaridad entre todos. Es algo que une a las poblaciones, igual que hace la selección de fútbol" y que "ha despertado un sentimiento de unión y de nación que no había y al que hay que apelar" para actuar "con sentido de la disciplina social".

El experto comparte "las poblaciones diana" elegidas por el Ministerio para ser vacunadas, ya que responden a casos en los que la enfermedad podría derivar en más grave, los de los servicios esenciales y los adolescentes y niños, que en este último caso van a servir de contención de la pandemia, ya que evitarán una difusión mayor en hogares y a los mayores.

Aunque la "vacuna es la medida más eficaz para evitar tanto la gripe estacional como la AH1N1", una vacunación universal no es posible de momento, apunta, por su disponibilidad, ya que "el planeta tierra sólo es capaz de elaborar 500 millones de dosis al año" y sería "complicado arengar a las gallinas" para lograr los embriones de pollos precisos.

Explica que este año habrá dos vacunas, la estacional y la de la A, aunque esto cambiará en años posteriores ya que cuando entra un nuevo virus "acaba desplazando a los anteriores", de los que llega cada temporada su nieto, biznieto o tataranieto, como ha sucedido con la gripe asiática de 1918, que sobrevivió en linaje hasta el 57 desplazada por el H2N2, que se mantuvo hasta el 68, cuando se dio el H3N2, vigente hasta la llegada del AH1N1.

En cuanto a los retrovirales, aunque como médico no es partidario de que se dispense ningún medicamento sin receta, entiende que "en determinadas situaciones los farmacéuticos pueden informar al paciente", y recuerda que en una gripe estacional entre el 20 y 30 por ciento de los afectados se automedica.

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