Lanzan un satélite que podrá medir efectos de sequías, incendios o heladas

Valladolid.-  El satélite Deimos-1, proyectado por la empresa Deimos Imaging, con sede en el municipio vallisoletano de Boecillo, ha sido lanzado con éxito hoy en Kazajistán, y en los próximos días comenzará a emitir imágenes que ayuden a conocer los efectos en los cultivos de sequías, incendios, vertidos o heladas.

Deimos-1 funciona con gas butano y cuenta con seis cámaras que toman imágenes con una resolución de 760 megapíxeles y en varias longitudes de onda, de tal manera que ofrecen información visible y en rayos infrarrojos, ha explicado en el Parque Tecnológico de Boecillo en el transcurso del seguimiento del lanzamiento del satélite el director general del Grupo Deimos, Miguel Belló.

Esta cualidad permite, por ejemplo, ver el estado de crecimiento de las plantas o medir el nivel de abonado o de riego de los diferentes estratos de una explotación agraria, por lo que la información que ofrezca el satélite guiará al agricultor a la hora de realizar las labores en el terreno.

El astronauta y director de Deimos Imaging, Pedro Duque, ha señalado en el acto que el satélite fue trasladado en avión al cosmódromo de Baikonur, en Kazajistán, desde donde hoy ha sido lanzado tras las correspondientes revisiones y el montaje del mismo.

Para su construcción, ha sido necesario poner atención en una serie de detalles para evitar el fracaso del proyecto, como comprobar que las placas de ordenador que incluye estuviesen limpias para evitar problemas durante su periodo de funcionamiento, o apantallar sus sistemas electrónicos para evitar los daños producidos por la radiación espacial, ha concretado Duque.

Todo esto, ha incidido, se ha conseguido con el mínimo número de cables posible, "pues cada cable es un gramo y cada gramo un problema" en el espacio, ha afirmado el astronauta.

El enlace de este satélite con la Tierra estará ubicado en el vallisoletano Parque Tecnológico de Boecillo, donde opera Deimos Imaging, que recibirá las imágenes captadas por el satélite comercial, el primero de estas características que es iniciativa de una empresa española.

Durante su vida útil, estimada entre los cinco y los ocho años, Deimos-1 emitirá desde los 670 kilómetros de altura a los que está situado, imágenes captadas desde el espacio que, posteriormente, serán analizadas en un laboratorio que las convertirá en informes para las administraciones públicas y empresas interesadas.

Además de ayudar al agricultor en la planificación de sus labores, el satélite permitirá hacer una estimación "inmediata y con buena resolución" de los daños producidos en los cultivos ante eventualidades como puedan ser heladas, granizadas o incendios forestales.

La empresa Deimos Imaging prevé que las primeras imágenes se obtendrán en agosto y en breve confía en firmar un acuerdo con la UE y el Instituto Geográfico Nacional, que ya se han interesado por la actividad del satélite, si bien también se negociará con empresas.

El investigador del Laboratorio de Teledetección de la Universidad de Valladolid (LATUV) Abel Calle, ha presenciado el lanzamiento desde Kazajistán, a cinco minutos del silo desde donde ha partido el satélite, que iba incluido en un cohete con otros cinco aparatos que a esta hora ya orbitan la Tierra.

Desde su posición allí, ha explicado en conexión telefónica con Boecillo las diferentes etapas por las que ha pasado el satélite hasta quedar libre del cohete que le contenía, un residuo de la carrera armamentística nuclear que en su día fue pensado para depositar un número de bombas nucleares en diferentes puntos del planeta.

Desde su inauguración en 1955, el cosmódromo de Baikonur ha sido testigo de hechos como el lanzamiento del primer cosmonauta al espacio, el ruso Yuri Gagarin; la salida de la nave con la primera mujer en orbitar sobre la Tierra, Valentina Tereshkova; o el despegue en 2001 de la nave SOYUZ TM-32 con el multimillonario Dennis Tito, el primer turista espacial de la historia.