Los niños son especialmente vulnerables ante situaciones de crisis sociopolíticas, militares o por desastres naturales. La misión principal de los organismos de cooperación internacional que velan por la infancia es salvar su vida y procurarles atención sanitaria. La segunda medida que se toma es el restablecimiento de una relativa normalidad que ayude a reducir el daño psicológico de las víctimas de estas situaciones. Distintas ONGs se posicionan en los países en conflicto y prevén medidas para atender a los niños: Cruz Roja, Intermon Oxfam, Save the Children o Infancia sin Fronteras, son algunos ejemplos. Recientemente, UNICEF ha lanzado un nuevo cofre de emergencia dirigido a niños menores de seis años que viven en países con conflictos cíclicos o devastados por algún desastre natural. Los recientes estudios realizados por este organismo demuestran que los juguetes contribuyen a dar sensación de normalidad a estos niños. Hemos analizado el contenido del cofre: 37 juguetes que buscan aliviar el sufrimiento de los más pequeños, invitándoles a soñar y favoreciendo que expresen sus sentimientos.
Eva Román Martínez, psicóloga del Centro Beck de Psicología y Logopedia en Leganés (Madrid), describe a los niños como seres "exquisitamente sensibles y vulnerables a todos los estímulos de su entorno", ya que es precisamente lo que rodea al niño lo que "más repercusión tiene en su desarrollo integral como individuo". Su vulnerabilidad frente a situaciones traumáticas o conflictivas es mayor que la de los adultos y uno de los modos de evitar trastornos en su desarrollo durante la primera infancia es "ofrecer a los niños pequeños material que les permita expresar sus sentimientos o interactuar con otros niños", como expresó Ann Veneman, directora ejecutiva de UNICEF, en la presentación del kit. Es necesario darles sensación de seguridad y los juguetes contribuyen a este objetivo.
Eva Román afirma que ante una situación de crisis "todos nos podemos ver afectados", pero los niños, especialmente, "corren un riesgo mayor de trauma al perder su visión del mundo como un lugar seguro y predecible". A ellos "les resulta más difícil entender el daño o muertes que surgen de un hecho inesperado o incontrolable como una guerra, inundaciones, terremotos, etcétera". Por otro lado, aclara que las reacciones postraumáticas más comunes son: "miedo a quedarse solo, miedo a los desconocidos, pesadillas, mojar la cama, falta de concentración, dolores de estómago y/o cabeza, ansiedad", como si la mente del niño volviese atrás en el tiempo y retrocediese en su madurez. Le preguntamos sobre el efecto terapéutico del juego y nos contesta que con los juguetes "estas reacciones y esta visión tan negativa del mundo pueden ser temporales gracias en parte al juego y a los dibujos".
La gran maleta preparada por UNICEF tiene un contenido muy variado: desde juegos y peluches a material para dibujar. Cada grupo de juguetes busca cubrir unas necesidades psicoemocionales. Durante los primeros años de vida, los niños "empiezan a establecer una relativa independencia física y emocional con respecto a los objetos y las personas". A esta edad se desarrollan el juego simbólico y la imaginación, elementos que contribuyen a "resolver aquellos conflictos que les causan dolor" y a "construir poco a poco su personalidad".
Dentro del cofre encontramos muñecos y marionetas, que sirven para desarrollar el denominado 'juego simbólico', dónde el niño escenifica situaciones de su vida real dando un significado distinto a los objetos que le rodean. Estos juegos ayudan a desarrollar la faceta social del niño, favorecen sus interacciones con los demás, así como la expresión y comprensión de emociones. Los peluches, por su tacto suave y armonía de colores, se entienden como 'juguetes afectivos', contribuyendo al desarrollo de esta faceta. "Debido a la gran dificultad del niño en expresar verbalmente cómo se siente tras un trauma es fundamental permitirle jugar y expresarse creativamente a través del juego y de los dibujos", concluye Eva.
A través de los rompecabezas y los mecanos el niño pone en práctica su habilidad motriz y su capacidad creativa. Con los juegos de construcción trata de reproducir el mundo que le rodea. Las piezas se convierten en casas, en coches, aviones o en cualquier cosa que el niño imagine. A la vez que juega, el niño desarrolla su nivel intelectual, la habilidad de sus manos y perfecciona su motricidad fina. La inteligencia se estimula mediante juegos de identificación y memorización, dominós y puzles.
Entre los denominados como 'juguetes creativos', el cofre incluye: pinturas de cera, papel de colores, gomas de borrar, lápices de colores, cinta adhesiva, plastilina y pegamento. Cuando el niño dibuja, estimula su imaginación y su capacidad expresiva, pero a la vez está potenciando sus habilidades de precisión coloreando 'sin salirse', haciendo recortes o bolitas de plastilina con sus pequeños dedos. Además, como explica Eva Román, a través de los dibujos "los niños recrean partes del desastre vivido y sufrido" lo que les ayuda a "expresar sus sentimientos y a normalizar la situación".
Por último, el kit incluye camisetas y mochilas de UNICEF, cantimploras y pastillas de jabón para que los niños aprendan las reglas básicas de higiene personal. Enseñarles la importancia de la higiene personal y fomentar su práctica individual es fundamental desde dos puntos de vista: la prevención de enfermedades y la aceptación social entre iguales, pues un niño sucio será motivo de burlas y exclusión. También se les enseña el valor del agua como bien escaso. Según datos del organismo, casi el 50% de la población de los países en desarrollo carecen de instalaciones mejoradas de saneamiento, y más de 884 millones de personas todavía utilizan fuentes de agua no apta para el consumo. La carencia de agua potable y de servicios sanitarios provoca la enfermedad y la muerte de miles de niños y niñas todos los días.
Cada maleta puede ser utilizada por 50 niños y se envía desde la central de suministros de UNICEF en Copenhague (Dinamarca) al país solicitante, bien por una nueva situación de emergencia o como parte del plan de preparación que elabora el equipo de UNICEF para países con crisis cíclicas o latentes. Si las circunstancias lo permiten se distribuyen entre las contrapartes gubernamentales, nacionales o locales, líderes comunitarios y otras ONGs y actores humanitarios, que serán los responsables de la implementación, como nos ha aclarado la información facilitada por el departamento de Cooperación y Emergencias del Comité español de UNICEF. Este kit es el tercero que UNICEF lanza para la atención de niños en situación de emergencia. El primero, 'Escuela en una maleta', fue desarrollado conjuntamente con la UNESCO en 1994 y, hoy en día, se han enviado más de 600.000 kits a todo el mundo. El segundo cofre incluía artículos de ocio y recreo, similar al que se ha lanzado ahora, pero dirigido a niños mayores de 6 años.
Todo este material ofrece múltiples opciones de juego, individual y colectivo, incentivando la interacción social y promoviendo el aprendizaje divertido. Además, da a los niños un sentido de propiedad, algo que les pertenece. Divertir, estimular y educar a unos niños que, en muchas ocasiones, lo han perdido todo, desde su casa hasta a su familia. Fomentando su imaginación y ayudándole a expresar sus emociones "conseguimos que tenga un desarrollo emocional sano y que sueñe y amplíe sus horizontes para imaginar una realidad mejor", explica Eva Román. "De sus sueños dependerá que nuestro mundo pueda cambiar a mejor".
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