La Habana.- El general Raúl Castro encabezará este domingo en la ciudad oriental de Holguín el aniversario 56 del inicio del alzamiento que lideró su hermano y antecesor Fidel, el tercero desde que asumió la Presidencia, y lo celebra con la isla en situación económica crítica.
El "Patria o muerte" de Fidel Castro devino este año en "Ahorro o muerte" en los medios oficiales, mientras se reduce la entrega de alimentos de la cartilla de racionamiento y se corta la energía a entidades y empresas estatales que no mermen su consumo para evitar apagones generalizados.
Diplomáticos veteranos resaltan el contraste de lo fácil que era para el hermano mayor enardecer al auditorio con el "Patria o muerte" y las dificultades del menor para predicar austeridad, ahorro, menos consumo, más trabajo, resignación, disciplina social y resistencia a ultranza.
Quedan lejos los días en que se esperaban anuncios de "reformas estructurales" de Raúl Castro en efemérides revolucionarias como la de mañana en Holguín, la tercera que preside desde que su hermano mayor enfermó en 2006, después de su discurso de la misma fecha y en la misma ciudad.
Muchos analistas dicen que desde 2006 ha habido cambios sólo de figuras secundarias del engranaje estatal, como la purga en marzo de varios vicepresidentes y ministros acusados hasta de traición, cuya fama ha sido barrida por filtraciones interesadas que muchos repitieron dentro y fuera de la isla.
En este escenario, la obra, el autor, el guión, el productor, el director y los protagonistas siguen siendo los mismos.
El deterioro que arrastra la economía cubana desde que se hundió hace dos décadas el bloque soviético, que la subsidiaba, empeoró por la actual recesión mundial, que redujo sus ingresos de divisas y encareció las importaciones.
Cuba importa cerca del 80% de los alimentos que consumen sus 11,3 millones de habitantes, pero mantuvo ociosas por décadas más de la mitad de sus tierras cultivables.
Además, rige aún el embargo comercial y financiero que Estados Unidos aplica a la isla desde hace medio siglo, que el presidente Barack Obama no cree necesario todavía eliminar, y deben sumarse al desastre las pérdidas de 10.000 millones de dólares que causaron tres huracanes en 2008.
Holguín fue una de las provincias más afectadas por el ciclón "Ike", el peor de los tres, que destruyó o dañó allí 126.000 viviendas -500.000 en todo el país-, de las cuales los precarios recursos estatales solo han podido rehabilitar un año después el 56 por ciento, indicaron funcionarios gubernamentales.
El crecimiento de la economía cubana, según cifras oficiales que los organismos internacionales anotan con reparos por las peculiaridades de la contabilidad estatal, disminuyó del 12,5% en 2007 al 4,3% en 2008.
La previsión del gobierno para 2009 ya fue rebajada oficialmente del 6% al 2,5%, pero economistas independientes creen que es optimista esa última cifra.
Lo peor es que "Cuba carece de un plan económico para afrontar su peor crisis desde el colapso de la URSS", asegura el economista cubano Carmelo Mesa-Lago, catedrático de la Universidad de Pittsburgh (EEUU).
El único país americano que se dice comunista tiene "una economía centralizada que no toma ventaja de su poder para planificar y establecer una estrategia coherente que la saque del marasmo que sufre", agrega Mesa-Lago.
No hay que escarbar demasiado para observar el desánimo de los trabajadores o la ineficacia de las instituciones oficiales, fenómenos que critica incluso la prensa estatal -no hay otra-, causados en gran parte porque los cubanos reciben salarios que no cubren sus necesidades.
El salario mensual del cubano promedio es de unos 17 dólares.
Además, reciben alimentos subsidiados mediante la cartilla de racionamiento, pero el gobierno reconoce que solo cubren la mitad de sus requerimientos de nutrición y los cubanos de a pie aseguran que es bastante menos.
El diario Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, criticó en mayo la pasividad e los trabajadores y la burocracia de las organizaciones estatales, al advertir que la crisis de la isla "es de tal naturaleza" que hay que pensar en "Ahorro o muerte".
El artículo exigía una "mayor comprensión y disposición" de los trabajadores y dirigentes, "porque las complicaciones financieras nos obligan a realizar reajustes económicos bajo circunstancias extraordinarias".
Hace un año, en el aniversario 55 del comienzo de la revolución, Raúl Castro pidió a sus compatriotas que no se acostumbraran a recibir sólo buenas noticias.
"No creo que hayan tenido este año mucha oportunidad de acostumbrarse", comentó un diplomático.
Antonio Martínez
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