Aubenas (Francia).- Andy Schleck, Lance Armstrong, Bradley Wiggins, Adréas Kloden y Franck Schleck tienen la vista puesta en el Mont Ventoux, el puerto de categoría especial que acoge la etapa de mañana y que será decisivo en su aspiración de subir al podium de París.
El menor de los Schleck es el que tiene más opciones, puesto que ocupa la segunda posición provisional y tiene 1:10 segundos sobre su más inmediato rival. A sus 24 años el luxemburgués pasa por ser un reconocido escalador, por lo que en el Ventoux tiene más terreno que ganar que tiempo que perder.
Pero el menor de la familia de ciclistas se ha marcado como objetivo ayudar a su hermano a subir al cajón de París. Franck, de 29 años, lo tiene más complicado. Es sexto a 38 segundos del podium y tiene que distanciar a tres ciclistas. Su mejor arma es que es fuerte subiendo y los que le preceden son rodadores.
El primero de ellos es Lance Armstrong, que desbancado de la lucha por el amarillo de París ha centrado su combate en acabar entre los tres primeros.
El estadounidense ha ido a más, pero en la montaña ha mostrado las carencias normales en un ciclista de casi 38 años y que ha estado tres fuera de la competición. Sin embargo, la clase del septacampeón del Tour se dejó ver en el ascenso al Petit Saint-Bernard, cuando se quedó descolgado y, en un arrebato de orgullo, recordó al Armstrong de los mejores años para contactar con el grupo de los favoritos.
El tejano siente en su nuca el aliento de Bradley Wiggins, inesperado a estas alturas de la competición tan alto en la general. El británico es cuarto a 15 segundos del podium.
El campeón del mundo y olímpico de persecución en pista ha mostrado una metamorfosis extraordinaria para convertirse en un decente escalador. Con siete kilos menos que cuando se colgó el oro en los Juegos de Pekín el agosto pasado, Wiggins sólo se quedó del grupo de los favoritos en la etapa que acabó en Le Grand-Bornand, la reina de la edición. Aquella jornada le desalojó del podium provisional que había mantenido durante toda la edición.
El británico se muestra seguro de poder volver a estar con los mejores, porque a diferencia de la etapa reina, la del Ventoux sólo tiene una gran dificultad montañosa.
El último candidato al podium es el alemán Andreas Kloden, quinto a dos segundos de Wiggins. El germano, uno de los capos del equipo Astana, ha trabajado para Armstrong y Contador y en el ascenso a la Colombiere pagó sus esfuerzos. Se quedó en un ataque de Contador -muy criticado por sus compañeros- y acabó perdiendo más de dos minutos. "Si no sube al podium por dos minutos sabremos donde los ha perdido", aseguró entonces Armstrong. El director del equipo, Johan Bruyneel, por su parte, se mostró furioso con la actitud del español, al que culpó de que no haya tres ciclistas de su equipo en los tres cajones del podium parisiense. El Ventoux dictará sentencia.
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