Bruselas.- La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, pidió hoy al depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y al actual gobernante del país, Roberto Micheletti, que reflexionen sobre la "gravedad" de la situación y vuelvan a la mesa de diálogo del líder costarricense, Óscar Arias.
"Pedimos a ambas partes que mediten sobre la gravedad de la situación y que vuelvan pronto a la mesa de negociaciones con un espíritu constructivo y responsable", indicó la comisaria en un comunicado publicado hoy en Bruselas.
Esta declaración de Ferrero-Waldner se produce unas horas antes de la esperada llegada de Zelaya a la frontera hondureña procedente de Managua, adonde acudirá acompañado del canciller venezolano, Nicolás Maduro.
Asimismo, la comisaria reiteró una vez más su total apoyo al presidente de Costa Rica para que continúe sus intentos de lograr una solución dialogada a la crisis política que atraviesa el país centroamericano, desde que Zelaya fue depuesto por militares a finales del pasado junio.
"Animamos al presidente Arias a continuar con sus esfuerzos de mediación y reiteramos nuestro firme apoyo a su colaboración", aseveró Ferrero-Waldner, quien acaba de concluir una gira latinoamericana por Argentina, México y Cuba.
La comisaria ya insistió a comienzos de esta semana desde Buenos Aires y México en la importancia de que ambas partes encaminen sus acciones a "bajar la tensión" para evitar "una confrontación militar".
Entonces, confirmó también que la Comisión Europea ha tomado la "difícil decisión" de congelar el envío de 65,5 millones de euros de ayuda presupuestaria al Ejecutivo hondureño, mientras que, paralelamente, la presidencia sueca de la UE añadió que continuará "restringiendo los contactos políticos" con los representantes del Gobierno hondureño de hecho.
El depuesto presidente ha dado por "fracasado" el proceso de negociación, mientras que el Ejecutivo de Micheletti ha dicho que "sigue abierto al diálogo", aunque no está dispuesto a que Zelaya vuelva al poder.
En Honduras, los seguidores de Zelaya ya han comenzado a movilizarse hacia los puntos fronterizos con Nicaragua por donde puede llegar el presidente hondureño, al igual que las Fuerzas Armadas del país, que han advertido de que no se responsabilizan de su seguridad.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, José Miguel Insulza, ya ha calificado el viaje de Zelaya de "apresurado", mientras que el Gobierno de Estados Unidos considera que es "poco prudente".
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