A lo largo de la historia de la humanidad se ha asociado el consumo de alcohol y drogas con la conducta sexual. De ahí que resultara interesante analizar las asociaciones que las personas establecen entre el consumo de alguna sustancia tóxica y el desempeño sexual, tanto en general como en particular. Cada una de las sustancias tiene efectos en la conducta y la experiencia sexual de la persona, así como en sus consecuencias.
Durante mucho tiempo se ha mitificado, por ejemplo, el uso de ciertas drogas para potenciar el placer sexual. De ahí, que algunas personas decidan experimentar tomando alguna droga alucinógena a la hora de mantener relaciones sexuales. Otras, igualmente, han querido intentarlo tras fumarse un porro. El alcohol muchas veces se usa para desinhibirse lo suficiente como para mostrarse socialmente más seguro: consideran que facilita el cortejo.
Es verdad que el alcohol, la marihuana o el hachís pueden dar una sensación de seguridad y pueden llevar a la persona a vencer la timidez inicial en las relaciones. Por ejemplo -según algunos estudios de la Red europea para la investigación y prevención de problemas de los jóvenes (IREFREA)-, el 28,6% de consumidores de alcohol aduce su uso a que considera que le facilita entrar en contacto con una posible pareja sexual. Asimismo, el 26,2% de los consumidores de cocaína dicen utilizarla para prolongar la relación sexual».
Está claro que el consumo de drogas como método para mejorar el rendimiento sexual es considerado pobre y limitado en el afianzamiento de habilidades sociales y en la implementación estrategias de seducción. Recordemos, entre otras cosas, que el propio consumo irá dificultando poco a poco el buen juicio con respecto a lo que está ocurriendo. Eso sin mencionar, los efectos secundarios del consumo, como puede ser la huella que deja la droga en la persona en forma de hedor, mal aliento, torpeza o desorientación.
Las drogas estimulantes del sistema nervioso -anfetaminas, éxtasis o cocaína- son las que ostentan el mayor prestigio sexual a nivel popular. Algunas personas consideran que su consumo puede ayudarles a convertirse en máquinas del sexo, superando la capacidad habitual para la persona común.
Es indiscutible que las drogas en general ocasionan un perjuicio en el sistema nervioso central. Y ello tiene un efecto negativo directo en la excitación y en la capacidad para tener erecciones. De hecho, en la mayoría de los casos, el consumo de drogas se convierte en un sustitutivo del sexo, más que en algo complementario. Hay casos en los que llega a producir importantes disfunciones sexuales.
Asimismo, el consumo de drogas muchas veces causa una inhibición en el deseo sexual, especialmente cuando el consumo es frecuente. Lógicamente, hay drogas, como la heroína, cuyos efectos negativos en la sexualidad son más evidentes. De hecho, su efecto ha sido comparado con el de un orgasmo, y esto lleva a sus usuarios a pensar que las sensaciones del consumo de heroína son más intensas y placenteras que las del sexo. Por lo tanto, finalmente optan por dejar el sexo y continúan con su consumo de heroína, sin considerar el gravísimo perjuicio que para su salud tiene esa sustancia.
¿Cuál es el lugar de las drogas en tu vida sexual? ¿Cuál es tu experiencia al respecto? ¿Mezclas el sexo con el consumo de drogas? ¿Qué efecto suelen tener en tu vida sexual?
Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »
En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.
Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.