La tecnología de los coches eléctricos avanza que es una barbaridad. La última avanzadilla del futuro está asomando la nariz en la factoría japonesa de la compañía Nissan. El gran mérito de su nuevo modelo Cero Emisiones: no necesitar cables para la recarga de electricidad. Mediante esta innovación el automóvil podrá repostar sin necesidad de cables en lugares adecuadamente equipados, tales como aparcamientos o estaciones de servicio: le bastará colocarse cerca de un punto de recarga.
¿Cómo funciona esa maravilla? "A través de la denominada 'carga inductiva'", explica el fabricante. Se aprovecha aquí la inducción magnética: el "fenómeno que origina la producción de una fuerza electromotriz —o voltaje— en un medio o cuerpo expuesto a un campo magnético variable", según se dice en un manual. En su aplicación se utilizan dos bobinas conductoras para transmitir energía a través de distancias cortas. Ambas bobinas deben encontrarse muy próximas, sin hacer contacto eléctrico directo.
Dispositivos similares ya se emplean para cargar cepillos de dientes eléctricos, teléfonos móviles, transformadores, agendas electrónicas e incluso corazones artificiales. En el caso del cepillo de dientes, la corriente fluye desde el enchufe a la bobina del cargador, a través de un cable eléctrico. A continuación éste genera un campo magnético inductor de una corriente que fluye a la bobina incorporada al cepillo, cargando su batería.
Los campos magnéticos se propagan en todas direcciones y se debilitan conforme se alejan de la fuente, lo cual imponía límites a su aprovechamiento; pero los técnicos encontraron el modo de transmitir electricidad entre bobinas separadas por varios metros de distancia. Hasta ahora, la recarga por inducción magnética se hallaba confinada al cuarto de baño o al escritorio; pero Nissan la sacará al mundo exterior. Su expansión la facilitará el abaratamiento de los componentes inalámbricos (gracias a sistemas como Bluetooth, una conexión de dos nodos cuesta unos pocos euros).
En el vehículo de Nissan, la recarga inalámbrica del 80 por ciento de la batería requerirá unos 25 minutos. Como se trata de una batería de ion-litio perfeccionada de alto rendimiento, el nuevo modelo tendrá una autonomía de 185 kilómetros, y alcanzará una velocidad máxima de 160kms/hora, unos números inusuales para los coches eléctricos.
Con esta innovación, los fabricantes pretenden vencer uno de los mayores reparos que ponen los potenciales compradores a los coches eléctricos: el engorro de la recarga, leo en The Guardian. Los expertos prevén un funcionamiento mixto: los conductores enchufarán su coche durante la noche y recurrirán a la inducción magnética de día, para salir del paso cuando la batería se agote.
Los visionarios de Nissan avizoran autopistas que permitirán a los coches cargar mientras circulan: el sueño de una autonomía prácticamente ilimitada. Nadie sabe cuánto costaría el diseño de carreteras tan sofisticadas, pero las variables económicas no son algo que perturben a los visionarios —tampoco han dicho cuánto costará el tendido de cables subterráneos en los aparcamientos, un paso indispensable para la recarga inalámbrica, ni cuál será el precio de venta del automóvil de marras—.
Cabe suponer que algunos interrogantes se aclararán el próximo 2 de agosto, cuando un vehículo de cinco plazas de recarga inalámbrica sea presentado en sociedad, en Yokohama (Japón). Si los usuarios reaccionan favorablemente, el año próximo saldrá la venta en su país natal y Estados Unidos, y en 2012 llegará a la Unión Europea.
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