Valencia.- La banda británica Oasis ha calificado de "pérdida de tiempo" su actuación del pasado jueves en el Escenario Verde del Festival Internacional de Benicàssim, principalmente por los problemas técnicos de sonido que sufrió durante su recital.
Así consta en un artículo publicado en el diario de gira de la web oficial del grupo y que aparece firmado por "GD", un seudónimo que el semanario inglés New Musical Express (NME) atribuye directamente a Noel Gallagher, guitarrista y colíder de la banda junto a su hermano y vocalista, Liam.
En el habitual tono chulesco y polémico de los hermanos Gallagher, este breve artículo fechado el pasado viernes señala, entre otras cosas, que si no hubiera sido por la respuesta del público y de su "increíble" conducta, el espectáculo habría sido "un desastre".
El "problema" principal del concierto radicó, según esa reseña, en el equipo de amplificadores y el sistema de monitores del Escenario Verde, que fallaron "en dos ocasiones" en lo que parecía "una broma, pero no demasiado graciosa".
El concierto de Oasis, cabezas de cartel por tercera vez en el FIB Heineken tras sus visitas de 2000 y 2005, evidenció problemas de sonido en varios momentos de la actuación, que se prolongó durante una hora y tres cuartos.
Las más graves fueron la pérdida total de acústica al inicio de "Champagne Supernova", solventada por el coro masivo que hubo de este tema por parte de los "fibers", así como la drástica interrupción de "Wonderwall", su tema más famoso, al marcharse Liam Gallagher del escenario ante la deficiente amplificación.
Al cabo de unos minutos, el vocalista regresó y el festival disfrutó ya plenamente de uno de sus particulares himnos del mejor pop-rock británico.
Además, Noel exigió durante el concierto, aunque sin éxito, que por seguridad se obligara a bajar a la veintena de "fibers" que se había encaramado a lo alto de una torre de iluminación.
En un artículo posterior, publicado en la web el pasado domingo, "GD" también asegura que los problemas que padecieron en ese concierto fueron "menores" en comparación con lo ocurrido al día siguiente en el FIB Heineken, cuando un vendaval obligó a cancelar la mayor parte de la jornada de conciertos y a desalojar el recinto, donde estaban congregadas unas 45.000 personas.
"Fuertes vientos provocaron el caos y hubo un gran incendio en el lugar", señala la reseña en alusión a las llamas declaradas en torno a las nueve de la noche en una cuneta de la N-340 y a la altura de la grada de invitados del Escenario Verde, cuya gran columna de humo pudo ser vista desde todos los puntos del recinto.
La pasada edición del Festival Internacional de Benicàssim fue seguida por unas 200.000 personas a lo largo de sus cuatro jornadas de conciertos -lo que supone el récord de asistencia de sus quince ediciones-, de las que 120.000 (el 60%) procedía del extranjero y de éstas, el 80% correspondió a "fibers" británicos.
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