Santander.- La vicepresidenta de Cantabria, Lola Gorostiaga, ha defendido hoy que se sigan aumentando los recursos destinados a combatir el cambio climático y la pobreza pese a la crisis.
Así lo ha asegurado en la presentación del curso "Cambio climático y lucha contra la pobreza" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde ha mostrado su preocupación por que la situación económica eclipse otros temas fundamentales que necesitan medidas urgentes.
La vicepresidenta ha afirmado que hay que actuar "ya" contra el cambio climático, sin perder de vista la cooperación internacional, para la que hay que seguir incrementando los recursos "a pesar de la crisis", ya que los países pobres la sufren aún más que los ricos.
Gorostiaga ha recalcado que el calentamiento global es una realidad tangible que provoca la muerte de 120.000 personas cada año y que en 2010 habrá causado 50 millones de desplazados, según la ONU, así como que agrava aún más la situación de las zonas y países más vulnerables.
En esta línea se ha expresado también la directora de la Fundación Carolina -que organiza este curso junto a la UIMP-, Rosa Conde, que ha calificado el cambio climático de "asunto político de urgencia impostergable".
Conde ha subrayado que no sólo los países con menos recursos tienen menor capacidad para combatir el cambio climático, sino que éste, además, pone en riesgo su desarrollo.
La profesora de Sociología del Cambio Climático de la Universidad Carlos III de Madrid y directora del curso, Mercedes Pardo, ha indicado que éste se desarrollará bajo la idea de que "no todo vale en la lucha contra el cambio climático", puesto que hay que evitar que para ello se provoque un aumento de la pobreza en el mundo.
Finalmente, el rector de la UIMP, Salvador Ordóñez, ha criticado que algunos políticos españoles sigan negando el cambio climático, ya que no es "ninguna invención, sino una cosa muy seria" y no es cuestión de tendencias políticas ni de opiniones, sino una "realidad".
Ordóñez ha hecho hincapié en que ya se comenzó a detectar este fenómeno hace más de un siglo, aunque ha advertido que se ha acelerado en los últimos años de modo que no se alcanzaban unos valores tal altos de CO2 como los actuales desde hace 400.000 años, lo que "algo quiere decir".
El rector ha querido predicar con el ejemplo y ha indicado a los presentes que las bombillas encendidas en la estancia eran innecesarias, debido a la luz natural que entraba por las amplias ventanas, ante lo que la mesa de ponentes ha propuesto que se apagaran.
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