Los Ángeles.- Una operación humanitaria impulsada en secreto por el cónsul general de El Salvador en Suiza durante la Segunda Guerra Mundial pudo salvar a unos 40.000 judíos, algunos de los cuales viven en Estados Unidos, según diplomáticos de El Salvador.
El cónsul José Arturo Castellanos "estableció, junto al señor Mandel Mantello (empresario judío), un procedimiento para extender certificados de ciudadanía y pasaportes salvadoreños a las personas que tenían necesidad de salir de los territorios ocupados por los nazis", dijo a Efe Héctor Hugo Herrera, cónsul general de El Salvador en Los Ángeles.
Y también para evitar "ser llevados a los campos de concentración y exterminio", subrayó.
El coronel Castellanos comenzó su carrera diplomática en Europa en 1938, un año antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial y falleció en El Salvador en 1977, a los 86 años.
Ricardo Morán Ferracuti, coordinador de la comisión investigadora del Ministerio de Relaciones Exteriores salvadoreño, relató a Efe que en 1937 el coronel Castellanos conoció en Checoslovaquia al empresario de ascendencia judía Georgy Mandl.
En 1942, cuando Castellanos se desempeñaba como cónsul salvadoreño en Ginebra, Suiza, fue contactado por Mandl quien le pidió ayuda por la persecución nazi.
"Para protegerlo, el cónsul Castellanos se inventó un cargo de primer secretario del consulado de El Salvador en Suiza, le extendió documentos de nacionalidad salvadoreños a él y toda su familia. Y cambió su nombre a George Mandel Mantello, para que sonara más latino", subrayó.
Frieda Castellanos de García, hija del diplomático, dijo a Efe que Mandel Mantello le pidió a su padre que extendiera los mismos documentos a más judíos y él estuvo de acuerdo.
"Para entonces el presidente de El Salvador era el general Maximiliano Hernández Martínez quien era pro nazi, por eso todo se hizo bajo de agua", explicó Castellanos de García.
"Se calcula que un total de 13.000 documentos de ciudadanía fueron emitidos y que sirvieron para identificar a familias de 4 miembros o más", indicó.
En 1944, bajo un nuevo gobierno en El Salvador, la cancillería salvadoreña hizo la petición al gobierno de Suiza para representar los intereses "de los salvadoreños en Hungría", quienes llegaban al refugio suizo en Budapest conocido como "La Casa de Vidrio".
Ina Polak, de 86 años, fue recluida junto a su familia en el campo de concentración de Bergen-Belsen Alemania, pero hoy vive en Nueva York.
"Yo encontré esos documentos salvadoreños de mi padre hasta 1963, después que él había muerto, creo que él los recibió de nuestros familiares en Suiza", dijo a Efe Polak.
"Los alemanes tenían planes de crear una industria de diamantes y ese era nuestro negocio, pero ahora recuerdo que en Bergen-Belsen nos pusieron en un campo más pequeño donde alguna gente tenía nombres en español y tenía documentos suramericanos, para canjearnos no sé por quienes", recordó.
"Si no hubiéramos tenido esos papeles no nos hubieran dejado en ese campo y probablemente nos hubieran tratado como a las otras familias", afirmó Polak, quien tenía 22 años cuando fue liberada, en abril de 1945, por tropas británicas.
Enrico Mandel Mantello, hijo de George Mandel Mantello, vive en Suiza y dijo a Efe que era un niño cuando con un pasaporte salvadoreño logró salir de Hungría hacia Suiza.
En mayo de 2007, Enrico junto al profesor Itzjak Mayer, otro sobreviviente, pidieron a la autoridad para mártires y héroes del holocausto "Yad Vashem", en Israel, que considere nominar póstumamente a Castellanos como "Justo entre las Naciones", que es un honor conferido a las personas que han salvado judíos.
El legado de Castellanos y Mandel Mantello es mostrado en embajadas salvadoreñas, sinagogas y escuelas, a través del documental titulado: "The Glass House", producido por la cineasta salvadoreña Leonor Ávila Marlowe, junto a su esposo, el director Brad Marlowe.
"El holocausto tiene muchas lecciones que puede ayudar a la nueva generación a comprender que de una o de otra manera todos estamos interrelacionados y que todos somos hermanos", dijo a Efe Ávila Marlowe.
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