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El niño que "nunca" llegaría a la F-1

  • Alguersuari se convertirá en el piloto más joven en disputar un Gran Premio
  • Estará cedido en Toro Rosso durante, al menos, lo que queda de 2009 y 2010
Por CRISTIAN MESTRES (SOITU.ES)
Actualizado 14-07-2009 13:35 CET

Jaime Alguersuari sustituirá a Sébastien Bourdais a partir del Gran Premio de Hungría, lo que le convierte en el segundo piloto español de la parrilla y en el más joven debutante de la historia de la Fórmula 1. La maniobra, orquestada por los responsables deportivos de Red Bull al caer el banderazo en Silverstone, viene acompañada de un contrato de dos temporadas con la escudería austríaca.

Fernando Alonso ya no está solo. España ha tenido que quemar a una generación completa de pilotos con el manido sambenito del "nuevo Alonso" para ver a uno de sus talentos del volante entre los grandes. Los Adrián Vallés, Borja García, Félix Porteiro y casi la totalidad de la escuela valenciana, nacida a rebufo del nicho de mercado que dejaba vacío Fernando, verán ahora como Jaime Alguersuari abre la puerta que para ellos siempre estuvo injustamente cerrada a cal y canto. Alguersuari ya nada, pues, en el Piranha Club.

Jaime forma parte del programa de pilotos de Red Bull desde hace cinco temporadas. Si no os suena, probablemente lo conoceréis como hijo del fundador del Open Nissan, la categoría que puso al automovilismo español en el mapa o, en otros términos, la que dio el empujón definitivo hacia el Olimpo a Fernando Alonso y Marc Gené. Viene de ganar el británico de F-3, y siempre ha destacado por crecerse ante la adversidad. Dieter Mateschitz, el descubridor de Sebastian Vettel, le ha ofrecido un contrato de dos temporadas con Red Bull, aunque lo cederá temporalmente a Toro Rosso durante, al menos, lo que queda de 2009 y 2010.

El ascenso de Jaime a la F-1 empezó a cocinarse al caer el banderazo del GP de Inglaterra. Tras el preceptivo informe, los responsables deportivos de Red Bull empezaron a discutir el futuro de Sébastien Bourdais en la especialidad. El francés había abandonado como consecuencia de un fallo mecánico aunque, mientras estuvo en pista, volvió a verse aniquilado, una vez más, por su compañero, el novato Buemi. Tampoco se vislumbraban esperanzas de salvación para Bourdais si se estudiaba la clasificación del mundial de pilotos, donde el tetracampeón de la ChampCar ocupa la 15ª y última posición, con un solo punto.

El despido de Bourdais abría un dilema en la escudería austríaca: ¿mantener la apuesta por Brendon Hartley, tercer piloto del equipo, o jugársela con Jaime Alguersuari? Y Christian Horner y compañía escogieron la carta española. La jugada a tres bandas quedaba al descubierto:

  • Hartley, fuera: apartar al neozelandés de la posición de tercer piloto invita a pensar en su finiquito como piloto del Red Bull Junior Team. Brendon compagina sin demasiado éxito la F-3 Euro Series (10º clasificado con 8 puntos) con las World Series by Renault (17º con 10), cuando las exigencias de los responsables del programa de jóvenes talentos de la firma de bebidas energéticas le obligaban a luchar por el título en ambas disciplinas.
  • Jaime, tercer piloto: El primer movimiento de las altas esferas de Red Bull fue ofrecer a Jaime el rol de tercer piloto, en previsión de sentarle al volante del Toro Rosso en Hungría, como reconoció veladamente a nuestro compañero Cristóbal Rosaleny.
  • Y Bourdais completa el strike: ¿Por qué siguió Bourdais en el GP de Alemania? Por un motivo tan sencillo como crucial para el devenir de Jaime en F-1: el reglamento de esta temporada prohíbe los entrenamientos privados... con una salvedad, las sesiones programadas para jóvenes talentos, que gozan de algunas sesiones sueltas entre algunos GG.PP. Una de ellas tenía lugar, precisamente, entre Nürburgring y Hungaroring, motivo que aprovecharon los responsables de Toro Rosso para permitir a Jaime unas jornadas de aclimatación a un coche que apenas ha probado en el IDIADA de Tarragona un par de veces esta temporada.

El fulgurante fichaje de Jaime por Red Bull le permite batir su segundo récord de precocidad en la categoría reina: si en mayo de 2008 se convirtió en el piloto más joven en pilotar un F-1 (Alguersuari desarrolló unas jornadas de entrenamientos privados en IDIADA, Tarragona, con 18 años y 2 meses), ahora superará la histórica marca de Mike Thackwell como corredor más joven en debutar en un Gran Premio. Jaime tiene 19 años y 4 meses, por 19 años, 5 meses y 29 días del australiano cuando se estrenó en el GP de Canadá de 1980 (previamente se había inscrito en el de Holanda, aunque no logró clasificarse).

Esto evidencia que el acuerdo entre Jaime y Red Bull no es un brindis al sol. Sencillamente, plasma sobre un papel las intenciones sembradas en unos entrenamientos de selección en Portugal, hace ahora cinco años. Al acabar ese test, del que luego os daremos más detalles, Helmut Marko, responsable del programa de jóvenes talentos de la firma de bebidas energéticas, le ofreció la manzana envenenada. Y Jaime la mordió. ¿El premio? Todas las temporadas entre ese momento y su aterrizaje en F-1 correrían a cargo de Red Bull. ¿El peaje a pagar? Éxitos inmediatos. Un año fuera de las posiciones de privilegio y despido a la francesa. Pero volvamos la vista atrás...

La historia de Jaime Alguersuari es la de un joven que nació con gasolina en las venas. Sí, el tópico nos viene que ni pintado. En este sentido, la tradición paterna tiene una relación directa. Jaime Sr., su padre, fue un distinguido piloto motociclista reconvertido luego a editor (él fundó la mítica revista Solo Moto). Intentó inculcar a su hijo la pasión por las motos, pero el pequeño Jaime nunca mostró demasiado interés por ellas... hasta que se montó en un kart. Y ahí empezó todo.

Su trayectoria en esta disciplina discurrió, mayoritariamente, por las pistas españolas e italianas, la meca de la especialidad. Superada la difícil (y costosa) fase de aprendizaje, Jaime estrenó su palmarés en el ocaso de la temporada 2003. El catalán, participante por entonces en la categoría Júnior (actualmente KF3), se impuso en la Carrera de Campeones, una clásica en el calendario nacional que se celebra en el circuito del Vendrell, Tarragona. En 2004, Alguersuari saltó a la división inmediatamente superior, Inter-A (hoy denominada KF2), donde llegarían sus primeros éxitos de alcance. Jaime ganó el campeonato de España a la primera, fue cuarto en el Open Masters italiano y séptimo en el europeo.

El éxito no devoró al chaval, siempre bien asesorado por su sombra en los circuitos, el ex piloto Javier Maffioli, pero sí sembró una semilla de presión en su entorno mediático inmediato. Los corrillos de la prensa del motor del momento hablaban de un "niño" que ganaba "porque llevaba el mejor kart" o "por ser hijo de quien es". En Italia nadie perdía el tiempo en discusiones estúpidas, y la marca Intrepid le ofreció un contrato para pilotar sus karts a partir de la temporada siguiente. Por si alguien albergaba alguna duda, en 2005 Jaime renovó su título de campeón de España, se proclamó subcampeón del trofeo Asia-Pacífico en Suzuka, Japón, y concluyó el Open Masters en tercer lugar.

Para 2006, con 16 años recién cumplidos, Jaime dio el primer gran paso adelante de su todavía joven carrera deportiva debutando en el campeonato italiano de Fórmula Júnior. Bye bye, karting. En este punto, el pasado del piloto deja de contar. No importan las victorias en el karting, ni los conocimientos de puesta a punto. Las ruedas ya no caben en la palma de la mano, el eje rígido posterior con un solo disco de freno desaparece a favor de suspensiones independientes, de dos pedales se pasa a tres y, de la nada, surge un enorme monocasco con dos alerones en cada extremo. La historia está repleta de inmensos kartistas fracasados en el salto a los monoplazas: Davide Forè, Sauro Cesetti, Juan Alberto Nieves... Este miedo, denunciado alguna vez por Fernando Alonso, sólo desaparece con carreras y resultados en los circuitos "grandes". Pero tienen que llegar el primer año. Sí o sí.

Jaime dio el salto, y no fracasó en el intento. Tras un debut complicado, el barcelonés saboreó el champán por primera ocasión en Mugello y luego arrasó en Imola, circuito donde sumó sus dos primeros triunfos en monoplazas. En el certamen, Alguersuari acabó en tercer lugar, tras Mihai Marinescu y el campeón, Pasquale di Sabatino.

En España, un importante porcentaje de la prensa seguía hablando de él a micrófono cerrado y luego lo ignoraba delante de las cámaras. Porque él no llegaría a la F-1, estaba claro. Pero mientras algunos de los gurús del periodismo de motor español hacían sus cábalas, Bernie Ecclestone se descolgaba con una carta personal destinada al padre de nuestro protagonista: "Apreciado Jaime: sigo con mucha atención las evoluciones de tu hijo, y estoy seguro de que pronto lo veremos en Fórmula 1. Atentamente, Bernie". A esta misiva, firmada con bolígrafo azul por parte del mandamás de la F-1, le siguieron otras dos más de un par de pesos pesados del negocio, Ron Dennis y Jean Todt. En España no existía; fuera de ella, Jaime era un campeón en potencia.

Lunes, 3 de octubre de 2005. Sus evoluciones en Italia tampoco pasaron desapercibidas al Dr. Helmut Marko, ex piloto de F-1 y responsable del Red Bull Junior Team, que convocó a última hora al español para las pruebas de selección de la firma de bebidas energéticas en Estoril. Jaime, que ya pensaba en la siguiente temporada, tenía previsto quedarse en Portugal (el día anterior se había disputado una carrera de la Fórmula Renault Eurocup, en la que había participado) para asistir a una sesión de entrenamientos privados con el equipo Epsilon Euskadi. Sin embargo, al conocer que el circuito estaba alquilado por Red Bull el lunes y martes, Alguersuari se volvió a casa. Al día siguiente, mientras estaba en el recreo del colegio, Alguersuari recibió la llamada del Dr Marko... y se volvió urgentemente a Lisboa. Por delante, un test a trece vueltas al volante de un Fórmula BMW y 21 rivales desconocidos procedentes de todos los rincones del globo.

Sólo los cuatro mejores entrarían en el programa, y Jaime no sólo fue uno de ellos, sino que endosó dos segundos al mejor de los demás, un tal... Brendon Hartley. Así lo contaba el propio protagonista a la revista Solo Auto Sport: "El doctor Marko se acercó hacia mí con la beca en la mano en cuanto bajé del BMW, mientras que a los demás no se lo comunicaron hasta la hora de comer. Luego llamó a mi padre y se cerró la operación. De 2006 a 2010 seré piloto Red Bull (...) Los tutores de Red Bull me pidieron que dejara el colegio el año que viene, pero no puedo. Les he dicho que no". Como premio inesperado, al final de la jornada, Jaime probó el Dallara-Mercedes de F-3 con el que triunfaba un tal Sebastian Vettel.

El debut de Jaime con Red Bull se produjo en los campeonatos italiano y europeo de Fórmula Renault 2.0, una de las disciplinas de iniciación más complicadas del mundo. El catalán no lo tuvo fácil, aunque sumó un par de podios. El punto alto de la temporada llegó a final de año, en las Winter Series de la disciplina, un minicampeonato a cuatro carreras disputado en Italia durante la pretemporada. Jaime se llevó las cuatro poles y otras tantas victorias, alzando con ello 142 puntos y el título.

La siguiente temporada, 2007, era el año de la verdad... y Jaime falló. El salto emprendido por el Red Bull Junior Team de Cram a Epsilon Euskadi no dio los resultados esperados, y Alguersuari no consiguió la regularidad de su compañero y rival Brendon Hartley, claro dominador del certamen continental. En el italiano, tampoco, y acabó como subcampeón por detrás del debutante Mika Mäki. Problema: el programa Red Bull no contempla posibilidad de un segundo error, y Jaime ya había cometido uno. Si en 2008 no reaccionaba se vería apeado del camino hacia la F-1. Sin embargo, uno de sus asesores deportivos, el piloto Luis Miguel Reyes, no se mostraba preocupado: "El Tatuus-Renault no se adapta al pilotaje de Jaime. Es un coche que requiere un estilo de pilotaje muy particular, que no casa con él. En F-3 arrasará".

Próxima parada, Inglaterra, la cuna del automovilismo. Jaime emigraría hacia la F-3 británica, una de las categorías con más tradición de la historia y responsable de elevar a la cumbre a talentos de la talla de Jackie Stewart, Ayrton Senna, Rubens Barrichello, Takuma Sato o Jenson Button. Para esta campaña, Jaime fichó por el equipo Carlin, donde encontraría un nuevo rival, Oliver Turvey, pues Brendon Hartley optó por la F-3 Euro Series.

No podía fallar, y Alguersuari actuó en consecuencia. El catalán sorprendió a Trevor Carlin, propietario del equipo, desde los primeros tests de pretemporada. La madurez alcanzada la temporada anterior, unida a la propia morfología del coche, más parecida a un F-1 que el Tatuus de la F-Renault (demasiado limitado, además, a nivel de reglajes), le dio el plus necesario para emprender el primer año grande de su carrera deportiva. Llegada la campaña regular, Jaime les dio a sus jefes la medicina que esperaban: victorias y poles. En el meeting de su debut, en Oulton Park, se hizo con dos poles y un triunfo, hito que recibió como premio un test al volante de un Red Bull de F-1. Paradójicamente, no sería en un circuito, sino en una pista de pruebas para coches de calle, el IDIADA de Tarragona. Durante esa jornada de mayo, Jaime, que acababa de cumplir 18 años, se convirtió en el piloto más joven de la historia en subirse a un monoplaza de la categoría reina.

De vuelta a la temporada regular, Alguersuari sumó otros cuatro triunfos: uno en Brands Hatch y Bucarest, y los dos en juego en Donington Park, trazado donde selló el título de la F-3 británica. Paralelamente, participó en pruebas esporádicas del campeonato de España de F-3, donde acumuló un brillante palmarés de tres triunfos, cuatro podios, dos poles y una vuelta rápida.

Y llegamos a 2009, donde, de nuevo de la mano de Carlin Motorsport, Jaime ha aterrizado en las World Series by Renault. Fuera de la pista, sus obligaciones contractuales le han forzado a aparcar temporalmente los estudios a las puertas de la universidad, etapa académica que el catalán debía afrontar el próximo curso. Pero este excelente DJ y amante de los videojuegos volverá, y lo hará como prueba de la madurez que siempre ha exhibido desde que, con 15 años, abandonó los circuitos de karts y se subió en un monoplaza.

La prensa empieza a prestarle la atención olvidada en los últimos años, ahora que el chico que "nunca llegaría" a la F-1 está ahí. La empresa será complicada, casi tanto como las predecibles comparaciones con Fernando Alonso y los celos que ello va a suscitar en numerosos periodistas y medios de comunicación. Claro que, por algo es el campeonato automovilístico más difícil del mundo, ¿no?

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