Mark Webber se ha hecho con la primera pole de su carrera deportiva en la caótica tanda de entrenamientos oficiales del GP de Alemania, que se celebra este fin de semana en Nürburgring. El australiano precederá a los dos Brawn GP, con Rubens Barrichello por delante del líder del mundial, Jenson Button, y a Sebastian Vettel, que sólo ha podido ser cuarto. Fernando Alonso, presa de las cambiantes condiciones lluvia-seco de la Q2, saldrá 12º.
Se esperaba agua, y la hubo. Pero las tormentas de por aquí no se parecen a las de cualquier otro circuito. Llovió a lo Nürburgring, es decir, pequeños chubascos torrenciales en determinadas zonas del circuito acompañados de claros en el extremo opuesto. En otras palabras, el peor dolor de cabeza para un piloto de Fórmula 1.
La primera tanda eliminatoria arrancó con 12ºC de temperatura ambiente y 20ºC sobre el asfalto, unas condiciones raras incluso durante la pretemporada invernal. Pero Nürburgring es Nürburgring, y aquí el verano es una estación relativa. Esta boscosa zona de Alemania alterna jornadas extremadamente frías con otras donde el calor se torna insoportable y, peor que eso, es imposible hacer predicciones. La Q1 comenzó con suelo seco y siguiendo el guión establecido. Los Red Bull con goma dura, buscando un crono de referencia y volverse al box ahorrándose tener que recurrir a los Bridgestone blandos. Los Brawn GP, preocupados por la temperatura de trabajo del tren delantero, auténtico punto flaco del BGP001 en lo que va de año y ya denunciado por sus pilotos, una vez más, durante los libres de esta mañana. Claro que, de saque, la fiesta se vio enriquecida por dos invitados sorpresa, Lewis Hamilton y Fernando Alonso. El de McLaren, beneficiado por las mejoras introducidas por su equipo para esta carrera (no montadas, por cierto, en el MP4/24 de Kovalainen) había firmado el mejor crono en los libres de las 11, y el español demostró, gracias a un radical cambio en los reglajes, la constancia que le ha faltado en todo el fin de semana.
El duelo de los 1’31" duró unos intensos diez minutos, justo el tiempo en que los favoritos, no sin problemas, se colocaron a la altura de Hamilton y Alonso. En el otro extremo de la hoja de tiempos, los pilotos de BMW y Toyota sufrían para mantener sus monoplazas sobre el asfalto. Y sus problemas se multiplicaron por diez cuando, a 1’44" del banderazo, la lluvia decidió hacer acto de presencia. Con ella se volvieron para el box antes de hora Robert Kubica (16º), Sébastien Buemi (17º), Giancarlo Fisichella (18º), Timo Glock (19º) y el discutido Sébastien Bourdais (20º). Malos augurios para el francés, que ya va haciéndose a la idea de que, salvo milagro, vivirá aquí su último GP de F-1.
Los nervios del tramo final de la Q1 se trasladaron al inicio de la Q2, marcado por la obsesión de media parrilla por marcar un tiempo de referencia con goma seca en los primeros segundos. Todos los equipos conocen de sobras el caprichoso clima de los bosques de Eifel, y la rapidez con la que se moja y se seca el asfalto del Nürburgring. Por eso, a pesar de que cuando media parrilla abandonó los boxes no caía una sola gota, en unos segundos empezó a descargar una tormenta de aúpa. La consecuencia directa fueron un buen rosario de salidas de pista y el apresurado regreso de los protagonistas a los boxes para calzar los compuestos de neumático intermedios.
Fernando Alonso fue el primer protagonista en señalar un crono de referencia con goma rayada (1’43" 431), aunque la lluvia, lejos de arreciar, disminuyó hasta desaparecer de la pista en unos minutos. Sin embargo, casi todos los protagonistas optaron por seguir rodando hasta asegurarse una plaza en el top ten. Todos, excepto Barrichello que, asesorado por el rey de la estrategia de la F-1 contemporánea, Ross Brawn, decidió esperar a que el asfalto se secara desde el interior del box. El brasileño salió a pista en el momento adecuado y, calzando un juego de Bridgestone blandos, rebajó el mejor tiempo de 1’38" a 1’34" en dos giros consecutivos. La actuación de Rubinho invitó a los demás a seguir la táctica, pero en muchos casos su reacción llegó demasiado tarde, pues la lluvia volvió a hacer acto de presencia. Uno de los más perjudicados por ello fue Fernando Alonso que, de verse en un cómodo cuarto puesto, cayó de golpe al 12º. Además, una salida de pista en su último intento cronometrado acabó de dar al traste con sus opciones de pasar a la Q3. En el otro extremo de la balanza, dos sorpresas, Adrian Sutil y Nelson Piquet. El primero, un as de la conducción en estas condiciones, coló a un Force India en la tanda definitiva por primera vez en la joven historia del equipo. Piquet, por su parte, superó por primera vez a su compañero desde que pilota en F-1. La tanda de eliminados de la Q2 la componían, además de Alonso, Nick Heidfeld (11º), Kazuki Nakajima (13º), Jarno Trulli (14º) y Nico Rosberg (15º).
Al llegar a boxes, el asturiano volvió a mostrar al mundo el semblante al que ya empezamos a habituarnos, todo desilusión, digno del Carlos Sainz de los peores tiempos. Sus declaraciones lo dicen todo: «No es que mañana, si llueve, vayamos a hacer una supercarrera (...) Tanto si estoy en los puntos como si no, no me va a cambiar la vida». El asturiano sigue lógicamente desanimado, y el tramo final del mundial se le va hacer interminable. Sin el reto de la victoria por delante, la F-1 no tiene sentido para él.
De vuelta a los entrenamientos, la última tanda llegó de la mano de la ansiada tranquilidad meteorológica. Los diez minutos decisivos volvieron a disputarse sobre suelo seco, un alivio para los diez protagonistas implicados... Claro que, sin inclemencias meteorológicas con que distraerse, los Brawn GP decidieron despistarnos a todos. Jenson Button abortó la primera vuelta rápida, idéntica táctica que siguió, unos minutos después, Lewis Hamilton. Entre tanto, Rubens Barrichello se hacía con la pole provisional con un tiempo de 1’32" 797, cuatro décimas más veloz que los Red Bull de Webber y Vettel. Y justo después, el líder del mundial regresaba al asfalto para señalar un crono de 1’37" que le situaba en último lugar. ¿Alguien entiende algo?
Los segundos intentos empezaron con un registro sorpresa de Hamilton que, al volante de su mejorado McLaren, empieza a amenazar con volver entre los mejores (esta tarde, cuando veamos las cargas de gasolina, comprobaremos si no ha sido más que una estrategia de marketing para salvaguardar el honor de Mercedes en casa). Sin embargo, las ilusiones del británico fueron cayendo a medida que los favoritos cruzaban la meta. Mark Webber fue el primero en rebajar el listón para situar un competitivo 1’32»230, que le acabaría dando la pole. Acto seguido, su compañero se situó en segundo lugar, aunque pronto se vio superado, sucesivamente, por Button y Barrichello.
Entre los demás, los dos Ferrari cargaron más gasolina y se dedicaron a tratar de dejar lo más lejos posible a las sorpresas de la tanda, Adrian Sutil y Nelson Piquet, que podrían constituir un importante estorbo mañana. Pero no lo lograron, al menos no del todo. Massa y Räikkönen saldrán 8º y 9º, respectivamente, justo por detrás de Sutil, y precediendo al de Renault, que, una carrera más, ha jugado la táctica de cargar mucha gasolina en su coche.
El Gran Premio de Alemania arrancará mañana a las 14:00 horas y va a ser un seguro de espectáculo, pues las previsiones meteorológicas anuncian lluvia. Un consejo, ¡no te lo pierdas!
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