Cada día, a poco que pisemos la calle, vemos situaciones como la que nos muestra la imagen. Un hombre calibrando el trasero (o cualquier otra parte) de una mujer. Aunque, es obvio, no suele tratarse del presidente de los Estados Unidos. De ella sabemos mucho más que antes gracias a su culo, que se llama Mayora Tavares, es menor de edad, y colaboradora del presidente brasileño Lula da Silva.
La imagen ha generado polémica y en busca de pruebas exculpatorias hay quien cree ver en el vídeo de las noticias del canal ABC la prueba de que Obama está más pendiente de tender la mano a la mujer que se halla detrás de él que del pandero de la muchacha. Por si acaso, y para mantener la tensión, la agencia Reuters difunde la fotografía en un bonito marco amarillo destacándola del resto.
Hay dudas, aunque no queda ninguna respecto al interés del presidente francés, Nicolás Sarkozy, que analiza con atención la anatomía de la muchacha, harto tal vez de que el culo de su actual esposa sea siempre el blanco de todas las miradas. Algunos medios norteamericanos bromean sobre el asunto mientras otros, con cierto tufillo moralizante, exculpan a Obama de cualquier aviesa intención y cargan contra el líder galo al que en cambio ponen como ejemplo de guarrete. Pero, ¿es censurable? ¿Es una mirada de deseo una mancha en el historial de un político?
Los americanos se han lanzado a repasar una y otra vez el vídeo y a preguntarse si las fotos son siempre lo que parecen, hasta Greta Wire, presentadora de Fox News, se puso trascendental para anunciar al mundo: "Si, una foto puede mentir" y acto seguido afirmar que el presidente "no está mirando a la mujer de rojo".
La historia de la fotografía está llena de miradas, de instantáneas en las que uno o varios hombres repasan una anatomía femenina. La clásica 'American girl in Italy' de Ruth Orkin es, aunque no sea casual, todo un tratado al respecto. Existen muchos otros ejemplos captados por cámaras famosas, como el espléndido 'Piropo' de Catalá-Roca (atención al riesgo que asume el protagonista de la foto) o la 'Mujer bella' del mexicano Nacho López, que al igual que Orkin consideraba que una hermosa anatomía en movimiento por la calle funciona como 'catalizador' de reacciones masculinas. Probaron y funcionó, claro.
Lo más fácil que puede ocurrir cuando se cruzan un hombre y una mujer es que se miren. Como nos han explicado en algunos grandes programas de televisión, en este caso la serie Human Instinct de la BBC, lo que están haciendo Obama y Sarkozy es simplemente seguir un instinto sexual en el que las miradas, los olores, las proporciones y una buena información genética (en esto se fijan más ellas) forman un cóctel ineludible. Tal vez el presidente americano sea mejor disimulando que su colega francés. Eso seguro
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