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Nueva GM, preparada para su lanzamiento tras el rechazo de la última apelación

EFE
Actualizado 09-07-2009 22:28 CET

Washington.-  La justicia estadounidense despejó hoy el ultimo de los obstáculos para que la "Nueva GM" comience a andar, lo que evitará la liquidación del que durante décadas fue el mayor fabricante de automóviles del mundo.

En concreto, el juez Lewis Kaplan, del Tribunal de Distrito de Nueva York, rechazó una apelación en contra de la venta de los activos de General Motors (GM) a la "Nueva GM", lo que permitirá que el fabricante de automóviles salga de la quiebra en las próximas horas, según fuentes judiciales.

El presidente de General Motors, Fritz Henderson, tiene previsto anunciar mañana a las 09.00 hora local (13.00 GMT), desde Detroit, el nacimiento de la nueva compañía, que se denominará General Motors Company (GMC).

El lunes, Henderson escribió en su blog que espera que "la venta se cierre lo antes posible después de que el proceso de apelación ha sido completado a finales de esta semana y que la nueva GM sea operacional y totalmente competitiva".

"Ahora los arreglos están casi terminados y estamos llevando a la compañía de vuelta al camino de la viabilidad y el éxito. Estamos listos para el desafío y preparados para montar (automóviles) tan rápido como podamos", añadió el directivo.

La "Nueva GM" será una compañía híbrida, como los vehículos con los que Henderson espera reconquistar el mercado estadounidense en los próximos años tras lustros en los que General Motors basó toda su estrategia en grandes vehículos que consumían enormes cantidades de combustible.

General Motors Company estará controlada por el Gobierno estadounidense a través de la participación del 60,8 por ciento de la empresa, mientras que las autoridades canadienses poseerán otro 11,7 por ciento.

Estas participaciones son consecuencia directa de los alrededor de 60.000 millones que los dos países habrán facilitado en conjunto al fabricante de automóviles en todo el proceso de reestructuración.

Además, el sindicato United Auto Workers (UAW) poseerá un 17,5 por ciento, y los acreedores de GM, el 10 por ciento restante. Estos dos grupos podrán aumentar posteriormente su participación, a un 20 y un 25 por ciento, respectivamente.

A pesar de su posición mayoritaria en el capital de GMC, Washington ya ha señalado que no piensa inmiscuirse en la gestión del fabricante de automóviles y que tan pronto como sea posible (lo que se podría producir en el 2010) saldrá de la empresa.

General Motors Company también será una firma mucho más pequeña que su antecesora, tras la eliminación de decenas de miles de puestos de trabajo, el cierre de decenas de plantas de producción y 2.500 concesionarios en EE.UU. y la eliminación de cuatro de sus ocho marcas de automóviles.

Para garantizar la supervivencia de la "Nueva GM", Henderson se ha tenido que desprender de la sueca Saab, Saturn, Hummer y Pontiac. Mientras, en Europa siguen las negociaciones para la venta de una participación mayoritaria de Opel.

El principal activo de GMC será la marca Chevrolet, la de mayor ventas en Estados Unidos y que producirá el próximo año el modelo Volt, un auto eléctrico con el que confía revolucionar el sector del automóvil mundial.

Además de Chevrolet, la nueva empresa estará formada por las marcas Cadillac, Buick y GMC.

La rápida salida de la quiebra de General Motors (el fabricante se declaró en bancarrota el 1 de junio mientras que su antigua subsidiaria Delphi está en quiebra desde octubre del 2005) es un triunfo para la administración del presidente estadounidense, Barack Obama.

El Grupo Presidencial del Automóvil (GPA), formado por Obama para supervisar la reestructuración del sector, apostó que el futuro de GM, así como el de Chrysler, pasaba por una rápida reestructuración bajo la supervisión de los tribunales, una opción a la que se opuso el antiguo presidente de la compañía, Rick Wagoner.

Tras sólo 39 días en quiebra, GMC ha emergido de las cenizas de la antigua General Motors para alivio de Henderson y la administración Obama gracias a que el juez Robert Gerber, del Tribunal de Quiebras de Nueva York, aceptó todas las peticiones del Gobierno y la empresa.

Al autorizar la venta de los activos rentables de GM a GMC, Gerber razonó que la empresa "no puede sobrevivir con continuadas pérdidas y la falta de liquidez asociada y sin la financiación gubernamental que expirará en unos días".

"Y no hay opciones a esta venta, especialmente una basada en la noción de que la compañía podría sobrevivir el proceso de negociaciones y litigios", dijo el juez.

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