Washington.- Las nuevas reglas adoptadas por el Gobierno de Estados Unidos para la investigación con células madre permiten el "uso de dinero de los contribuyentes para la destrucción de seres humanos", afirmó el cardenal Justin Rigali en una declaración distribuida hoy.
Rigali, que preside el Comité de Actividades Pro Vida en la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU., hizo su comentario acerca de las normas definitivas anunciadas ayer por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por su sigla en inglés), después de tres meses de audiencias.
Las normas, básicamente, ratifican lo anunciado el pasado marzo por el presidente Barack Obama, quien puso fin a las restricciones impuestas en 2001 por su antecesor, George W. Bush, sobre el uso de fondos del Gobierno federal para subvencionar la investigación de las células madre obtenidas de embriones humanos.
Ya hace tres meses "critiqué el borrador de las nuevas reglas" y "señalé que se usará dinero de los impuestos en la destrucción de embriones humanos vivos para la investigación de las células madre", recordó el cardenal.
Eso, según el jerarca católico, "incluye seres humanos que, de otra forma, hubiesen sobrevivido y nacido".
Hay actualmente unas 700 cepas de células madre investigadas en todo el mundo. El presidente Obama había dejado en manos del NIH la determinación de cuáles serían las normas para el subsidio gubernamental de esta investigación en Estados Unidos.
Muchos científicos sostienen que esas células -que tienen la capacidad de desarrollarse especializadas como células de diferentes tejidos- prometen alivio y aún cura para enfermedades como la diabetes y el mal de Alzheimer.
Quienes se oponen a esa investigación sostienen que la "cosecha" de células madre destruye embriones humanos y señalan otros procedimientos desarrollados en los últimos años que obtienen células madre de otros tejidos que no son embriones.
"Las normas finales son aún más amplias", apuntó Rigali.
"A las familias a las cuales se les pida que consideren la destrucción de sus embriones para la investigación no tendrán siquiera que ser informadas de las otras opciones -según el cardenal-. Solo se les indicarán las opciones disponibles en su clínica de fertilidad particular".
Las nuevas normas emitidas por el Gobierno amplían las áreas de investigación de las células madre de embriones que pueden recibir fondos federales. A la vez, restringen los fondos a las células obtenidas del exceso de embriones en las clínicas de fertilidad que, de otra manera, serían desechados.
El NIH también creará un registro de las células madre que cumplen los criterios para el apoyo financiero del Gobierno a la investigación, de manera que los científicos no tengan dudas sobre su elegibilidad cuando soliciten los subsidios.
Rigali argumentó que "además, bajo las reglas definitivas, las cepas de células madre que existían antes o que sean producidas en otros países pueden elegirse para investigación financiada por el Gobierno, aún si se obtuvieron de manera que viola uno o más de los requisitos de consentimiento del NIH".
El cardenal Rigali instó a los católicos y a otros en Estados Unidos que se oponen a esta investigación a que presionen a los miembros del Congreso "urgiéndoles a que no codifiquen o amplíen más esta política que viola la ética".
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