Valencia.- Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha identificado una relación entre el peso corporal y la composición de la microflora gastrointestinal en un estudio cuyos resultados pueden ayudar a diseñar nuevas estrategias para combatir la obesidad.
Según fuentes del CSIC, el trabajo ha sido publicado en la revista Obesity y sugiere que la microflora intestinal contribuye al aporte de energía del organismo y que su composición influye en la regulación del peso corporal.
Estas nuevas investigaciones sobre las relaciones entre componentes específicos de la microflora intestinal, el estilo de vida y la regulación del peso corporal pueden ser "claves" para avanzar en el desarrollo de nuevas estrategias de intervención nutricional que prevengan la obesidad y las enfermedades metabólicas asociadas a través de la modulación de la composición de la flora.
Así lo asegura la investigadora del CSIC Yolanda Sanz, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, quien ha participado en el estudio donde 36 adolescentes con obesidad o sobrepeso han sido sometidos a un tratamiento basado en la reducción de la ingesta energética y el aumento de la actividad física durante diez semanas.
La investigación pone de manifiesto la existencia de diferencias en la respuesta de los adolescentes al tratamiento aplicado, pues la mayoría experimentó una pérdida de peso significativa, más de cuatro kilos, tras el tratamiento, pero no fue así en un subgrupo de trece adolescentes que perdieron menos de dos kilos.
El estudio sugiere que estas diferencias de respuesta pueden ser debidas, en parte, a la composición específica de la microflora intestinal de los individuos.
Así, el grupo que experimentó una pérdida significativa de peso presentó una mayor proporción de bacteroides y menor de clostridios (tipos de bacterias intestinales) que el grupo que no experimentó una reducción considerable de peso, antes y después de la intervención.
El análisis de la ingesta de energía y la composición de la dieta no reveló diferencias significativas entre ambos grupos; sin embargo, la energía total detectada en heces fue superior en los adolescentes que no experimentaron una reducción significativa de peso.
Según las mismas fuentes, estos datos sugieren que la microflora intestinal influye en el desarrollo de la obesidad y contribuye al aporte de energía al organismo.
La investigación es fruto de la colaboración con los grupos de investigación integrados en el proyecto EVASYON, coordinado por la investigadora Ascensión Marcos del Instituto del Frío-ICTAN (CSIC), y destinado a establecer un programa educacional multidisciplinar (dieta, actividad física y perfil psicológico) para adolescentes con sobrepeso y obesidad.
Este proyecto ha recibido recientemente el premio NAOS que otorga el Ministerio de Sanidad y Política Social.
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