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Moratinos cierra en el corazón de la Ruta de la Seda su visita a Uzbekistán

EFE
Actualizado 04-07-2009 15:57 CET

Bujara (Uzbekistán).-  La histórica ciudad de Bujara, corazón de la Ruta de la Seda que unió a los comerciantes entre Asia y Europa durante la Edad Media, ha sido el punto final de la visita a Uzbekistán del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

Bujara, junto a otras ciudades de esta república ex soviética como Samarkanda y Tashkent, la capital, fueron pasos de la vía que enlazó Europa y China y que hizo célebre en el siglo XIII el célebre mercader veneciano Marco Polo.

Moratinos ha querido aprovechar su estancia en Bujara para rememorar aquel episodio histórico paseando por las calles del casco antiguo de Bujara, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993.

Junto al embajador de España en Rusia, Juan Antonio March, y los empresarios que le han acompañado en su gira por Asia Central, Moratinos ha contemplado algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad, de clara impronta musulmana, aunque con huellas de pueblos como el persa y el mongol.

El recorrido ha comenzado en la Fortaleza Ark, bombardeada por los rusos en 1920 para derrocar al último emir, y ha seguido por el Mausoleo de los Sasánidas, del siglo IX, una de las joyas en ladrillo de Asia Central.

La siguiente parada ha sido el minarete Kalon, símbolo de Bujara situado al pie de la mezquita homónima y de la madrasa Miri Arab, la única que permaneció activa durante el período soviético.

Miri Arab es herencia de la Universidad medieval que convirtió a Bujara en un centro de conocimiento y cuna, entre otros, del médico y filósofo Avicena, quien llevó su pensamiento a Al-Andalus.

Moratinos ha tenido ocasión de adentrarse por las callejuelas abovedadas donde se abarrotan las tiendas y lucen las sedas que dieron fama a la región.

"¿Es usted catalán o español?", le ha preguntado una mujer que le ofrecía pañuelos en un puesto. "El catalán también es español", le ha corregido amablemente el ministro.

Completada la visita, Moratinos ha confesado sentirse "atónito" por la "elegancia, serenidad y equilibrio" que desprende Bujara.

"Es una maravilla arquitectónica. Su espiritualidad e historia son difícilmente comparables", ha resumido.

El jefe de la diplomacia española se ha mostrado orgulloso de que Córdoba, la ciudad por la que es diputado, haya renovado hoy su hermanamiento con Bujara, entablado en 1986 -cuando aún pertenecía a la URSS- por el pasado omeya común.

"Espero que los ciudadanos de Córdoba y Bujara sigan trabajando juntos y mantengan viva la historia de Al Andalus y Bujara, mirando al futuro con sentido de tolerancia, respeto mutuo y diálogo", ha resumido.

Uzbekistán, con alrededor de 25 millones de habitantes, tiene un marcado interés por España y su lengua, que se imparte más de un centenar de escuelas secundarias.

Desde Bujara, Moratinos viajó al vecino Turkmenistán, donde completa la gira que inició hace tres días en Kazajistán preparatoria de la visita que harán los Reyes antes de final de año.

En las pocas horas que el ministro iba a estar con parte de la delegación en este país, uno de los más herméticos del mundo, tenía previsto reunirse con varias autoridades para impulsar la relación bilateral que él mismo inauguró en abril de 2007 en la primera visita de un jefe de la diplomacia española.

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