Washington.- El planeta Marte albergó agua en su pasado remoto y todavía hay vestigios del líquido en el planeta y hasta algún ambiente propicio para la vida, según cuatro estudios que publica hoy la revista Science.
Los estudios se basan en datos suministrados por la misión "Phoenix Mars Lander" de la NASA, que inició la exploración del planeta en marzo del año pasado, en un lapso que le permitió detectar los cambios estacionales del verano al invierno marcianos.
Por una parte, la información confirma que existe una capa de agua congelada a entre cinco y 18 centímetros de la superficie en el polo norte marciano.
Según los analistas del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por su sigla en inglés) de la NASA y un equipo internacional de científicos, esa capa de hielo, así como la interacción del agua atmosférica con la superficie, revelan que el agua ha modificado el terreno.
Además, los investigadores utilizaron las pulsaciones de un emisor de rayos láser del "Phoenix Mars Lander" para detectar cristales de hielo de agua lo suficientemente grandes como para caer sobre el suelo marciano en la noche y convertirse en agua durante la mañana.
Debido al aumento diurno de la temperatura esa agua vuelve a convertirse en vapor, que sube a una altura de unos cuatro kilómetros para volver a repetir el proceso durante la noche.
Los científicos también determinaron que el suelo es alcalino, que absorbe vapor de agua y que está formado por sales y minerales, cuya formación requirió la presencia de agua.
La cápsula de la NASA también identificó restos de carbonato de calcio en el planeta, así como de cloro en la forma de perclorato, una sal altamente soluble en agua.
Los científicos manifiestan en el estudio que la presencia de esas sales no deja dudas de que en algún momento el agua existió en el lugar.
Según agregan, los resultados de la investigación implican que en algún momento de su evolución, en esa zona del planeta hubo condiciones para la aparición de algún tipo de manifestación biológica.
Para los científicos, la presencia de perclorato fue una sorpresa, así como la comprobación de nubes portadoras de nieve.
"Había una alta concentración, superior a la de sales como cloruro de sodio", manifestó Peter Smith, científico del Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona (EE.UU.).
"En su forma de cloro oxidado tiene propiedades interesantes, incluyendo su afinidad con el agua. En la Tierra, los microbios usan esa sustancia como fuente de energía", indicó.
Por otra parte, el científico indicó que se anticipaba la presencia de escarcha, pero no de nieve. "Fue una sorpresa total", indicó.
El investigador explicó que en el verano marciano había mucho polvo en la atmósfera, pero al aproximarse el otoño en el planeta el ambiente se despejó y la cámara del "Phoenix" captó la formación de nubes a unos 4 kilómetros de la superficie.
"Pudimos ver esas nubes y la nieve que caía de una de ellas. Fue emocionante ver los cambios diarios del clima. Nadie había tenido esa experiencia", dijo.
Según el científico, no existe agua suficiente como para que se forme un lago o un río.
Sin embargo, es posible que en un momento la humedad del suelo pudo haber proporcionado un ambiente para microbios que hayan aprendido a sobrevivir largos períodos de aridez.
"¿Quién sabe? La evolución es una fuerza poderosa. Si la vida comenzó alguna vez en Marte, hay sitios en los que todavía podría sobrevivir", señaló.
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