Bilbao.- El Museo de Bellas Artes de Bilbao ha presentado hoy el cuadro "El niño de las cerezas", una "obra de juventud" de Édouard Manet (París, 1832-1883), que muestra el retrato de un ayudante del pintor francés que acabó suicidándose con 15 años.
"El niño de las cerezas" (1858-1859), perteneciente a la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa, permanecerá hasta el 4 de octubre en el citado museo, al que ha llegado con motivo del programa "La obra invitada", una iniciativa original del Bellas Artes bilbaíno que pretende acercar al público obras notables de otros museos o colecciones, que comenzó en 2001 y que desde 2004 cuenta con el patrocinio de la Fundación Banco Santander.
En la presentación a la prensa de este cuadro, un óleo sobre lienzo de 65,5 por 54,5 centímetros, han estado el director del Museo de Bellas Artes, Javier Viar; la conservadora del Departamento de Colecciones, Ana Sánchez-Lassa; y el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna.
Sánchez-Lassa ha destacado que se trata de un cuadro "muy significativo" del artista francés, aunque no sea de los más conocidos, que pertenece a un género, el retrato, que Manet "cultivó mucho".
Según ha relatado, el protagonista del cuadro es Alexandre, un adolescente de origen humilde que trabajó para el pintor como ayudante, posando ocasionalmente para él, que sufría "grandes crisis melancólicas" y tenía una "afición desmedida hacia el dulce y sobre todo hacia el alcohol", lo que justificaría, según ha dicho, el color sonrosado de su cara.
Ha explicado que el joven, que en la imagen aparece "muy risueño y alegre", acabó suicidándose en el estudio del pintor en la calle Lavoisier, de París, ahorcándose en la puerta de un armario, tras una "bronca, riña" con Manet por sus aficiones. Este hecho "afectó profundamente" a pintor y provocó que éste se mudara a otro taller, donde terminó la composición.
Sánchez-Lassa ha indicado que este suceso fue recogido por el poeta Charles Baudelaire. El episodio está plasmado en un cuento dedicado a Manet, "La Corde" (La cuerda), inicialmente publicado en Le Figaro el 7 de febrero de 1864, y posteriormente editado en la compilación Le Spleen de París.
La conservadora del Departamento de Colecciones del museo bilbaíno ha explicado que "El niño de las cerezas", adquirida por Gulbenkian en 1919, tiene influencias de la pintura española y flamenca.
En la información facilitada a la prensa se indica que el cuadro está inspirado en Caravaggio y en la pintura holandesa de género del siglo XVII y se inscribe en una tradición realista de la presentación, con un muro bajo de piedra que delimita el espacio de la composición.
Además, la utilización de las cerezas, una naturaleza muerta, representa una alegoría de los sentidos.
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