Barcelona.- La periodista Carla de la Vega cuenta en su libro "En el harén de Estambul" cuatro historias sobre la experiencia sexual femenina en Turquía a través de los testimonios de otras tantas mujeres con creencias dispares, reflejo de la diversidad social del país.
De la Vega ha explicado en una entrevista con Efe que su intención ha sido mostrar cómo las mujeres turcas comulgan con una misma religión en su vida diaria pero la aplican de distinta forma en este país de mayoría islámica (99%) y, a priori, más laxo que otros porque es constitucionalmente laico.
Las protagonistas que explican los diferentes modos de vida turcos son Zelal, a la que quieren matar por haberse divorciado; Sennur, que tapa su velo islámico con un gorro playero para poder entrar a la universidad; Rashel, una sefardí de 60 años a la que persiguieron por no tener pareja después de enviudar; y Ayse, una joven que, al contrario que las anteriores, calza tacones de vértigo, frecuenta discotecas y es sexualmente activa.
"Estas mujeres viven metidas en su vida y no saben cómo piensan las demás, porque no se tratan entre ellas", ha comentado la autora al explicar que, mientras una de las protagonistas le confesaba que no había besado nunca a su novio -y no osaba mirarlo a los ojos para no provocarlo-, la otra le contaba sus líos del fin de semana.
Con "En el harén de Estambul" (Styra), la periodista ha ahondado en los conflictos principales de la sociedad turca, la mayoría de los cuales, a su juicio, giran en torno a la religión y, frecuentemente, desembocan en los llamados crímenes de honor, que llevan a los patriarcas a matar a las mujeres que los cometen.
Ante el riesgo de abrir un debate falso promovido sólo desde occidente, de la Vega prueba la existencia del conflicto en Turquía al sentenciar que el velo es el "caballo de batalla" del país.
Sin embargo, Carla de la Vega considera que la religión es un lastre en la sociedad turca pero sólo superficialmente, porque al profundizar, la periodista entiende que "el problema de Turquía es que son machistas" y su estructura familiar es "patriarcal, conservadora".
Además, añade de la Vega, otro de los problemas es que más allá del laicismo de las leyes, los jueces "están educados en el honor" y "ven delitos donde no los hay".
Falta "educación de género y sensibilización de la sociedad", ha sentenciado la periodista, que, no obstante, ve un halo de esperanza porque "cada vez hay más organizaciones que luchan por cambiar el destino de las mujeres".
Carla de la Vega reside en Estambul desde 2007, donde trabaja para la CNN en castellano y colabora con el diario El Mundo.
Anteriormente había trabajado en la Agencia Efe en Nueva Delhi y fue consejera en el gabinete de prensa de del ex ministro español de Economía Rodrigo Rato entre 2000 y 2003.
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