Roma.- Patrizia D'Addario, la mujer que asegura haber cobrado por acudir a una fiesta del primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, dice que la celebración, en la que participaron el político y 20 chicas, era "un harén" en el que existía "un sólo jeque, él", según una entrevista publicada hoy en el diario La Repubblica.
D'Addario, quien afirma que cobró 1.000 euros por acudir a esa fiesta aunque no ingresó ningún dinero por pasar otra noche en casa de Berlusconi, asegura que conoce bien los harenes porque ha estado "tres veces en Dubai".
"Los jeques respetan a sus mujeres a su modo...las muestran con orgullo. Sin embargo lo que vi (en la fiesta de Berlusconi) no me gustaba. Existía un solo jeque: él", señala.
Patrizia D'Addario describe en la entrevista un encuentro en el que veinte chicas jóvenes compartieron una velada con Berlusconi, en la que cenaron pasta, embutidos y tarta de yogur, y vieron un vídeo sobre los encuentros del primer ministro con otros líderes mundiales.
Durante el vídeo, que según D'Addario fue "larguísimo", Berlusconi se levantaba para "pedir champán y focaccine".
El vídeo mostraba momentos de la vida política de Berlusconi y una canción electoral de su partido "Meno male che Silvio c'e" (Menos mal que está Silvio), durante la cual las chicas hicieron "la ola".
Después de la cena, que se interrumpía "continuamente con cantos y bailes", Berlusconi y D'Addario bailaron "muy juntos" la canción My Way, interpretada por un pianista.
Según la entrevistada, Berlusconi se dirigía a ella cuando dijo en medio de la cena: "conozco a una chica que ya no cree en los hombres. La haré volver a creer. La iré a buscar con mi jet privado".
Tras la cena Berlusconi, que hablaba "de muchas cosas de su trabajo", repartió "pequeños regalos" como anillos, brazaletes o collares.
D'Addario cobró 1.000 euros por acudir a esta fiesta en la que el resto de las chicas llamaban a Berlusconi "papi", mientras ella se dirigía a él como "Silvio".
Según su relato, algunas de las jóvenes le sonaban de la televisión y le llamó la atención que todas llevaran vestidos negros cortos menos dos, que estaban siempre juntas y vestían pantalones largos.
Según D'Addario, eran "dos acompañantes profesionales lesbianas" que trabajan "siempre en pareja".
En cuanto a la otra noche que pasó en la residencia romana de Berlusconi, Palazzio Grazioli, la acompañante profesional no da detalles pero asegura que no se quedó en el comedor, ya que fue "una cosa más íntima".
Aquella noche, en la que fue elegido el presidente de EEUU, Barack Obama, Berlusconi la acarició "explícitamente" mientras estaba sentado en el diván, pero ella no cobró porque recibió la promesa de ayuda en un proyecto de construcción de su familia.
D'Addario asegura en la entrevista que sufrió un robo en su apartamento después de que le confiara a un amigo que tenía grabaciones de sus encuentros con Berlusconi.
Los ladrones se llevaron un ordenador, CD musicales, su ropa interior y sus vestidos de Versace.
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