MADRID.- El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha procesado por conspiración para cometer atentados y otros delitos terroristas a los seis miembros de los GRAPO detenidos en junio de 2007 en Barcelona en una operación en la que se dio por desarticulada la dirección y los grupos armados de la banda terrorista, informaron el viernes fuentes jurídicas.
Los seis procesados son Israel Clemente López, Jorge García Vidal, Lucio García Blanco, Manuel Ramón Arango Riego, Isabel María Aparicio Sánchez y José Francisco Cela Seoane, entre cuyos objetivos estaba el secuestro de un joyero de la capital catalana. Además, habían el comando había recopilado información sobre más de 1.500 posibles objetivos entre los que se encontraban personalidades del mundo de la política, la judicatura, el ejército, la cultura y el espectáculo.
El magistrado les acusa de delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia y depósito de sustancias o aparatos explosivos terroristas, tenencia ilícita de armas, conspiración para la realización de asesinatos terroristas, conspiración para la detención ilegal para financiar actividades terroristas y falsedad en documentos oficiales.
En el auto de procesamiento, de 78 páginas, el juez describe la estructura formada por los seis procesados, en la cual existía un órgano máximo de Dirección, compuesto de Manuel Ramón Arango e Isabel María Aparicio; un Comité General, integrado por Lucio García Blanco, José Francisco Cela Seoane y Jorge García Vidal, y un grupo armado que formaban los tres anteriores comandados por Israel Clemente.
"Todos realizan actividades relacionadas con la lucha armada, especialmente los componentes del denominado Comité General, que además de las actividades de propaganda, organización, etc., realizan también labores de infraestructura e información, captación y vigilancia de objetivos junto con los integrantes del comando", señala el escrito.
RECAUDACIÓN CON FINES TERRORISTAS
Entre los objetivos escogidos el magistrado señala que vigilaron 25 oficinas bancarias del cinturón sur de Granada y otras 14 en Barcelona, donde también controlaban una farmacia, con la "intención de continuar financiando, con el dinero que obtuvieran de atracarlas, la organización terrorista a la que los seis pertenecían".
Con ese fin recaudatorio, los GRAPO también practicaron intensas vigilancias sobre un joyero de Barcelona a quien entre los seis pensaban secuestrar de forma inminente para apoderarse de joyas y dinero con los que poder continuar sufragando sus ilícitas actividades.
Además, los cuatro integrantes de los grupos armados, siguiendo las instrucciones de la Dirección, recabaron información sobre 1.562 personas entre militares, cargos públicos, jueces, fiscales, empresarios, personas de la cultura y el espectáculo y miembros de las fuerzas de seguridad del Estado. En algunos casos, explica el juez de la Audiencia Nacional, simplemente recabaron datos a través de la prensa y registros públicos, mientras que, en otros casos, precisa, existía una información más elaborada "como paso previo a atentar contra su vida".
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