Secciones bajar

La extrema derecha se hace fuerte, pero no lo tendrá fácil en Europa

  • Muchos países europeos han asistido a un auge de los partidos de ultraderecha
  • Sin embargo, van a tener muchos problemas para hacerse oír en el Europarlamento
  • En España también han recibido más votos, pero lejos de conseguir representantes
Por ÁLVARO LLORCA (SOITU.ES)
Actualizado 08-06-2009 20:26 CET

Una de las conclusiones más llamativas que puede extraerse de las elecciones europeas nos habla del auge de los partidos de extrema derecha en diferentes países, los cuales incrementarán su presencia en el Parlamento Europeo. Uno de los ascensos más destacables es el del Partido para la Libertad holandés que dirige Geert Wilders y que ha pasado de cero a cuatro representantes. Pero no es el único ascenso. Hay partidos con nombres como 'Verdaderos finlandeses' (ha pasado de un 0,6% a un 9,8% de los votos) o 'Por una mejor Hungría' (ha conseguido tres eurodiputados) que también han florecido en sus respectivos países.

Razones del auge

Paloma García Picazo, profesora de Relaciones Internacionales en la UNED, cree que hay dos condicionantes muy importantes que se han convertido en un buen caldo de cultivo para el auge de estos partidos: la crisis económica y el aumento de la inmigración que se ha producido en muchos países europeos durante los últimos años.

Este cóctel ha avivado el temor de los ciudadanos a perder su empleo o la sensación de que la gente de otro lugar se está aprovechando de las ayudas sociales que a uno le corresponden. Esta sensación, nos dice Paloma García Picazo, se ha agravado con el lenguaje xenófobo y las decisiones de algunos políticos —que en ocasiones han actuado con grandes dosis de irresponsabilidad—.

Otro aspecto importante es el que recuerda Margarita Gómez-Reino, experta en la derecha europea, cuando asegura que "normalmente las elecciones europeas son una buena oportunidad para los partidos políticos alternativos, lo que incluye, por supuesto, a la extrema derecha".

Este hecho se debe a que los comicios celebrados ayer son considerados como "elecciones de segundo orden", aquellos de los que hablaba Reif y Schmitt y que se caracterizan por su menor importancia entre los votantes, porque la participación suele ser bastante baja y porque los electores manifiestan un comportamiento más experimental.

Precisamente, el carácter más experimental de estas votaciones hace que los resultados sean difícilmente extrapolables al plano nacional de cada uno de los países. De hecho, tal y como nos recuerda Margarita Gómez-Reino, los partidos de extrema derecha ya habían cosechado buenos resultados con anterioridad (como en las elecciones de 1989), por lo que esta profesora de la UNED cree que se trata más bien de algo cíclico y que no cabe preocuparse por un auge desmedido de los partidos de ultraderecha en Europa.

¿Tienen poder real?

Es cierto que los grupos de extrema derecha consiguieron ayer un importante avance en el número de eurodiputados, al pasar de unos 25 representantes en 2004 a una cifra que ronda los 35, en función de la definición que cada uno conceda a esta categoría, ya que no hay un consenso unánime sobre qué partidos pertenecen a la extrema derecha. Por ejemplo, ¿debe considerarse a la Liga Norte italiana como uno de ellos?

Sin embargo, a pesar de estos resultados, Margarita Gómez-Reino considera que estos partidos "no van a tener gran capacidad de influencia y van a verse relegados a una posición marginal". Esto se debe en buena medida a que, a pesar de los buenos números, los partidos de este espectro han tenido tradicionalmente muchos problemas a la hora de coordinarse y emprender una acción colectiva, por lo que es muy complicado que acaben formando un grupo propio, a pesar de tener un número suficiente de eurodiputados para ello.

De este modo, a falta de las pertinentes negociaciones, lo más seguro es que tales partidos acaben engrosando la lista de partidos no adscritos, lo cual les resta mucho margen de maniobra y capacidad de acción. La incapacidad de armar una acción colectiva se debe a razones internas de los partidos de ultraderecha y a otras cuestiones externas.

Entre los factores internos se cuentan los problemas a la hora de nombrar un líder, una figura que pueda encabezar el grupo con unanimidad. Del mismo modo, hay algunos partidos con representación en el Europarlamento que prefieren alejarse del estigma asociado a los partidos de extrema derecha, a pesar de que sus postulados sean similares, porque creen que su pertenencia a un grupo de radical de derechas podría afectar de forma negativa a su legitimidad.

Entre las razones externas que pueden impedir la formación de un grupo parlamentario de ultraderecha está la posible formación de un "cordón sanitario", como el que funciona en Bélgica contra el partido 'Interés Flamenco'. Es un pacto que alcanzan los grupos para marginar políticamente y no alcanzar acuerdos con aquellos partidos que son considerados antidemocráticos o racistas.

En el Parlamento Europeo ya hubo una experiencia en 2007 por la que se constituyó un grupo de ultraderecha formado por 20 eurodiputados y que se llamaba Identidad, Tradición y Soberanía. Sin embargo, este grupo tan sólo pervivió durante 11 meses, ya que los cinco diputados rumanos del Partido de la Gran Rumanía decidieron abandonar la coalición a raiz de unas declaraciones de Alessandra Mussolini en las que acusaba a los rumanos de criminales tras el asesinato de una mujer en Italia.

¿Y en España?

Los partidos españoles de extrema derecha también han crecido en estas elecciones, ya que han logrado duplicar su número de votantes. Sin embargo, a pesar de ese crecimiento, aún están lejos de los principales partidos políticos y de la posibilidad de hacerse con un representante en el Parlamento Europeo, ya que han tenido que conformarse, sumando los cuatro principales partidos de esta tendencia (DN, FE DE LAS JONS, FN y FA), con algo menos de 35.000 papeletas con su nombre.

Estas modestas cifras, en comparación con los partidos europeos del mismo signo, se deben, en parte, a que en España no se ha producido un comportamiento electoral excesivamente anómalo, por lo que el voto a formaciones minoritarias ha sido más escaso, de forma que España ha mantenido en estas elecciones europeas el bipartidismo que cada vez se está haciendo notar más en el panorama político español.

Di lo que quieras

Aceptar

Si quieres firmar tus comentarios puedes iniciar sesión »

En este espacio aparecerán los comentarios a los que hagas referencia. Por ejemplo, si escribes "comentario nº 3" en la caja de la izquierda, podrás ver el contenido de ese comentario aquí. Así te aseguras de que tu referencia es la correcta. No se permite código HTML en los comentarios.

Di lo que quieras

Lo sentimos, no puedes comentar esta noticia si no eres un usuario registrado y has iniciado sesión.
Si ya lo estás registrado puedes iniciar sesión ahora.

Volver a actualidad Volver a portada
subir Subir al principio de la página