El Betis vuelve a las catacumbas tras coquetear con el descenso varias temporadas

Sevilla.-  El Real Betis Balompié ha vuelto a las catacumbas de la Liga tras coquetear cuatro temporadas seguidas con el descenso, después de empatar en la última jornada con el Real Valladolid (1-1) y verse desfavorecido en otros partidos donde también estaba en liza la permanencia.

Una década después, el equipo del "manque pierda" vuelve a los subterráneos del fútbol de elite español y así purga sus errores en unas catacumbas donde miles de su fieles hinchas le han llorado durante la noche.

Tras cuatro temporadas de agonía él solo (el Betis) se ha muerto y su entrada en el "agujero" (traducción literal de catacumbas, nombre de un distrito periférico de Roma con un cementerio subterráneo en donde estuvieron provisionalmente los cuerpos de San Pablo y San Pedro) ha llevado a la decepción a la mitad de la población de Sevilla (la otra es seguidora del "eterno" rival) y a pedir responsabilidades al máximo accionista (Manuel Ruiz de Lopera).

El anuncio de su "muerte anunciada" estuvo en las campañas precedentes, como la de la 2007-2008, con salvación en la penúltima jornada (1-1, con el Valladolid en el estadio de La Cartuja); la anterior también tuvo un desenlace feliz merced al "salvador" Edu, autor de los dos goles (0-2) en Santander. En la 2005-2006 también escapó "por los pelos" y acabó el décimo cuarto.

Ni siquiera los fichajes de renombre de Emaná, Sergio García y Mehmet Aurelio, la vuelta del goleador Ricardo Oliveira y la recuperación de uno de los "ídolos" del beticismo como es el también brasileño Edú -lesionado en gran parte de la campaña- han sido argumentos suficientes para que el Betis dejara atrás su penuria de los últimos ejercicios.

Tampoco lo ha sido el que el técnico trianero Paco Chaparro fuese el encargado de dirigir deportivamente al equipo, tras haberle sacado del atolladero dos temporadas.

Su destitución, ya en el tramo final de la temporada, en la jornada trigésima, y relevo por el catalán José María Nogués -que dirigía al filial en la Segunda División B-, tampoco sirvió de mucho -pese a que el equipo enlazó dos triunfos consecutivos: Santander y Sporting- porque los resultados adversos volvieron a ser constantes: Espanyol, Atlético de Madrid, Athletic, Valencia.

Tuvo el Betis a su alcance la salvación en Málaga, en la penúltima jornada, pero al igual que le ocurrió en otros partidos (casos de Mallorca y Numancia, sobre todo) dilapidó sus opciones para jugarse "la vida" en la última jornada.

Aunque todo parecía propicio, pues dependía de sí mismo, el Betis volvió a ser el "curro betis" del pasado, capaz de lo mejor y de lo peor y no satisfizo a los aficionados que le apoyaron masivamente -más de 50.000 estuvieron en el estadio- y le anunciaron en una pancarta: "No me falles, yo no te he fallado nunca".

Al final desilusión, tristeza, muestras de desencanto y llanto de muchos seguidores del club de las trece barras (en el escudo) por el décimo descenso en la historia de uno de los equipos que más simpatía ha despertado -hasta cierta fecha- no solo en España sino en muchos "lugares del Universo" como se anuncia por megafonía antes de cada encuentro.

Para que nada faltara al luctuoso hecho al final del partido ante el Real Valladolid -que logró su salvación a costa de los béticos- se produjeron incidentes y altercados en los aledaños del Ruiz de Lopera. La Policía tuvo que intervenir para evitar mayores desmanes.

El décimo descenso del "musho Betis" ha coincidido, además, con una dinámica negativa para el máximo accionista bético (Manuel Ruiz de Lopera) que ha tenido problemas legales así como una enfermedad que le tuvo hospitalizado en estado grave.