Islamabad.- Al menos diez personas murieron y un centenar resultaron heridas en una cadena de atentados cometidos hoy en el noroeste de Pakistán, al día siguiente de un ataque terrorista en la ciudad oriental de Lahore reivindicado por los talibanes.
A media tarde, dos explosiones sacudieron en un intervalo de diez minutos las concurridas zonas comerciales de Kabari y Quissa Khwani, ambas separadas por una avenida, en pleno casco antiguo de la ciudad septentrional de Peshawar, capital de la Provincia de la Frontera del Noroeste (NWFP).
El doble ataque acabó con la vida de cinco personas y dejó heridas a 70, entre ellas varios niños, además de causar graves desperfectos en decenas de tiendas y vehículos, según informó a Efe una fuente policial.
Los artefactos, de unos cinco kilogramos de explosivos, estaban colocados en motocicletas y fueron activados por control remoto, de acuerdo con una fuente policial citada por el canal de televisión privado "Dawn".
Tras el ataque, miembros de las fuerzas de seguridad registraron edificios y calles de la zona, donde abatieron a dos supuestos terroristas y arrestaron a otros dos sospechosos, explicó a Efe otra fuente policial.
Apenas dos horas después, otras dos personas murieron en un atentado suicida contra un puesto de control policial en las afueras de Peshawar.
El suicida empotró el vehículo cargado de explosivos en el que viajaba contra un puesto de las fuerzas de seguridad en la zona de Sarakhara, situada a pocos kilómetros de la ciudad.
Dos agentes perdieron la vida y doce personas resultaron heridas, según una fuente policial consultada por Efe.
La capital de la NWFP ya había sido objetivo de otros dos atentados en las últimas semanas, uno contra un cibercafé que destrozó un autobús escolar y otro contra un cine.
Poco más tarde, las fuerzas de seguridad volvieron a ser objeto de un ataque con bomba, esta vez en el extrarradio de la localidad de Dera Ismail Khan, situada en la demarcación homónima y limítrofe con la volátil zona tribal de Waziristán del Sur, donde tiene su feudo el líder de los talibanes paquistaníes, Baitulá Mehsud.
La explosión de un artefacto colocado en un "autorickshaw" (triciclo motorizado) contra un puesto policial causó la muerte de al menos tres personas y heridas a otras siete, informó a "Dawn" la Policía.
Tanto el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, como el presidente del país, Asif Alí Zardari, condenaron los ataques y reafirmaron su compromiso en la lucha contra el terrorismo en un comunicado oficial conjunto.
Esta serie de atentados se registró sólo un día después de que un comando terrorista perpetrara un ataque suicida contra instalaciones policiales y de los servicios secretos en la ciudad de Lahore, en el este de Pakistán, que acabó con la vida de al menos 25 personas y causó heridas a varios centenares.
El insurgente Mehsud, cuyo movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP) se responsabilizó del atentado de Lahore, volvió hoy a amenazar con perpetrar acciones terroristas en grandes urbes paquistaníes como respuesta a la operación del Ejército contra los talibanes en el valle septentrional de Swat y distritos vecinos.
La ofensiva a gran escala que han lanzado las fuerzas de seguridad ha causado desde finales de abril la muerte de cerca de 1.200 integristas, siete de ellos hoy, y el éxodo de 2,4 millones de civiles.
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