El Gobierno alemán mantiene la discreción sobre Opel ante una reunión definitiva

Berlín.-  El Gobierno alemán espera tener una solución en relación al futuro de la compañía automovilística Opel tras una nueva reunión el miércoles en la Cancillería de Angela Merkel con varios de sus ministros, a la que, según algunos medios, acudirán delegados de los tres ofertantes, Magna, Fiat y Ripplewood.

El encuentro fue anunciado por el primer ministro del estado de Renania Palatinado, Kurt Beck, uno de los "länder" alemanes (regiones) en que Opel tiene plantas y presente en anteriores rondas negociadoras.

La cita del miércoles sigue a la celebrada hoy en la Cancillería, con presencia de los ministros alemanes de Economía, Karl Theodor zu Guttenberg; Finanzas, Peer Steinbrück; Trabajo, Olaf Scholz, y el vicecanciller y titular de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

Al término del encuentro, el portavoz del Gobierno, Ulrich Wilhelm, avanzó que Merkel contaba con tener esa solución a mediados de semana, pero rehuyó comentar el estado de las negociaciones por considerar que sería "contraproducente dar detalles".

"Se trata de un proceso en el que cada día hay movimiento", dijo Wilhelm.

En la reunión se analizaron las ofertas mejoradas de los tres potenciales interesados: el grupo automovilístico italiano Fiat, el fabricante de componentes austríaco-canadiense Magna y el inversor financiero estadounidense Ripplewood.

Según el diario berlinés "Der Tagesspiegel", a la reunión del miércoles asistirán, además de los ministros citados, representantes del Gobierno de EEUU y directivos de los tres ofertantes.

Para mañana está previsto un encuentro de Merkel y Steinmeier con el consejero delegado del grupo Fiat, Sergio Marchionne.

Si bien la decisión final la deberá tomar General Motors, el Estado alemán es uno de los protagonistas de esta complicada operación, en tanto principal avalista de los créditos que necesitará General Motors Europa en caso de poder desligarse de la casa matriz estadounidense, cuya suspensión de pagos parece inminente.

Entre los asuntos que se debaten figura, según Wilhelm, garantías sobre la devolución de los créditos, el futuro de los fondos de pensiones de los trabajadores, la solución al problema de las patentes -que GM ha empeñado al Estado norteamericano- y, sobre todo, el futuro de la plantilla europea.

El portavoz confirmó que durante el fin de semana tanto la canciller, la cristianodemócrata Merkel, como el vicecanciller, el socialdemócrata Steinmeier, se reunieron por separado con la dirección de Magna.

Magna se perfila hasta ahora como el ofertante favorito, al menos entre los cuatro jefes de gobiernos regionales con plantas de Opel.

Sólo el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, ha planteado reservas, pues el plan de Magna implicaría el desmantelamiento de 2.000 empleos en su "land" -la planta de Bochum es la más anticuada entre las cuatro alemanas.

Mientras se acerca la fecha límite para buscar una solución europea al problema, el Gobierno alemán, que afronta este año elecciones generales, se ha enzarzado en un debate sobre la mejor estrategia.

Wilhelm se esforzó en restar importancia a las discrepancias surgidas el fin de semana en el seno de la gran coalición y aseguró que "no hay disenso" dentro del gabinete ministerial.

En términos similares se expresó el portavoz del departamento de Economía, Stephan Moritz, quien subrayó que también para Guttenberg la prioridad es evitar un proceso de insolvencia de Opel.

El portavoz salió así al paso de las críticas desatadas por su ministro durante el fin de semana al recalcar que, en su opinión, no debía excluirse la opción de la suspensión de pagos.

Con estas declaraciones, Guttenberg no sólo se ganó duras críticas por parte del vicecanciller Steinmeier, sino también de otros políticos, algunos de sus filas conservadoras.