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Los mossos acusados se escudan en el protocolo y dicen que los golpes al detenido eran "amortiguados"

EFE
Actualizado 20-05-2009 17:32 CET

Barcelona.-  Los cuatro mossos d'esquadra acusados de maltratar a un hombre en la sala de cacheos de la comisaría barcelonesa de Les Corts han mantenido hoy que actuaron según lo previsto en el protocolo para detenidos violentos y que los golpes que le dieron eran "amortiguados", sin fuerza.

Hoy ha llegado a juicio en la sección séptima de la Audiencia de Barcelona el presunto maltrato a Rubén P., el primero captado por las cámaras ocultas que el Departamento de Interior instaló en marzo de 2007 en la comisaría de Les Corts para detectar posibles abusos policiales, y que la propia consellería denunció a la Fiscalía.

El ministerio público solicita penas que suman cinco años y tres meses de prisión, así como siete de inhabilitación, para cada uno de los cuatro mossos, a los que acusa de haber maltratado y vejado al detenido y de falsear un atestado policial imputándole un delito de atentado a la autoridad.

En la grabación de la cámara oculta que obra en la causa se aprecia cómo el detenido, que se encara a los mossos con actitud desafiante, recibe una patada de artes marciales en el estómago, así como puntapiés y puñetazos hasta que los agentes logran inmovilizarlo en el suelo y, forcejeando con él, esposarlo.

En su declaración, los cuatro agentes han coincidido en señalar que el detenido mostró en todo momento una gran "agresividad verbal" hacia ellos, a quienes dirigió constantes insultos y amenazas, y que una vez en la sala de cacheos dio un manotazo y una patada en la rodilla a uno de los policías.

Ante esa violencia y al verse en peligro, los agentes han insistido en que procedieron según lo previsto en el protocolo de Interior para reducir a arrestados agresivos y, de acuerdo con esa directriz, "es correcto que cuatro agentes actúen contra el detenido porque así también se minimiza la fuerza que utilizar", ha explicado el imputado Christian B.

Otra de las líneas de defensa que han esgrimidos los acusados es que los golpes que, según se aprecia claramente en el vídeo, recibió el detenido eran "disuasorios y amortiguados", es decir, un amago o apariencia de golpe que en realidad no tenían tal fuerza.

Se trata, ha ilustrado el agente procesado Adrián L., del llamado "golpe de distracción", que se enseña en la misma academia de policía y cuyo objetivo es "distraer la atención del detenido a otra parte del cuerpo" para reducirlo con más facilidad.

Respecto a la patada en el abdomen que encajó el detenido, el imputado ha asegurado que utilizó una táctica de defensa personal que aprendió en la Escuela de Policía, mientras puntualizaba: "y no fue una patada, sino que le empujé con la planta del pie".

También José David L. ha tenido que justificar ante la sala la sonrisa que, según la grabación, luce en los labios mientras la víctima es maltratada: "en ningún momento me río, es una sonrisa de tensión".

Y, a preguntas del letrado de la acusación particular, ha aclarado que los pequeños golpes que propina al detenido, una vez esposado, son "un gesto tranquilizador, como quien le da una palmada a un amigo en la espalda, mientras le digo no lleves la situación al límite".

Por su parte, en una declaración algo salpicada de contradicciones, Rubén P., que fue detenido por una pelea en una discoteca, ha asegurado que llegó a comisaría "enfadado", pero no agresivo, y que "de buenas a primeras", ya en la sala de cacheos, recibió la patada marcial en el estómago.

"A partir de ahí, todo son golpes y puñetazos hasta que perdí el conocimiento", según el testigo, que ha declarado que en la agresión defecó involuntariamente, lo que no impidió que lo abandonaran en una celda, esposado y con un casco de moto en la cabeza para evitar autolesiones, durante "una hora larga".

En el juicio, que prosigue mañana, ha declarado el que fuera inspector jefe de Asuntos Internos de los Mossos d'Esquadra cuando ocurrieron los hechos, quien ha destacado con rotundidad que desde la instalación de las cámaras ocultas las denuncias por maltrato en Les Corts han cesado "sin duda".

La amplia difusión de las imágenes de abuso policial grabadas por las cámaras ocultas enfrentó a los Mossos d'Esquadra con la cúpula de Interior, aunque no fue el Departamento el que las filtró a los medios de comunicación.

Precisamente, una de las defensas ha intentado sonsacar hoy al inspector jefe sobre el origen de esa filtración, aunque la presidenta del tribunal le ha impedido seguir por esos derroteros.

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